El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este viernes que no descarta «una posible opción militar» en Venezuela.

«Tenemos muchas opciones para Venezuela… el pueblo está sufriendo y muriendo», dijo Trump y agregó «tenemos varias opciones para Venezuela, inclusive una opción militar si es necesario». El mandatario brindó una conferencia de prensa en su club de golf en Bedminster (Nueva Jersey), donde se encuentra de vacaciones.

Washington ya aplicó sanciones económicas contra el país caribeño y contra sus principales líderes, pero es la primera vez que la Casa Blanca amenaza con una intervención armada.

Trump recordó que Venezuela es «vecino» de Estados Unidos y dijo que «ciertamente» Washington podría optar por una operación militar para resolver la situación en el país sudamericano, donde cuatro meses de violentas protestas contra el presidente Nicolás Maduro provocaron disturbios que dejaron al menos 125 muertos.

«Tenemos tropas en todo el mundo en lugares muy lejanos, Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y se está muriendo», dijo a periodistas.

Trump analizó la crisis en Venezuela el viernes, al reunirse con su secretario de Estado, Rex Tillerson, y la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley.

«Venezuela es un desastre, es un desastre muy peligroso y una situación muy triste», dijo Trump.

El Pentágono y la fuerza militar conjunta del Comando Sur de Estados Unidos no respondieron inmediatamente a una solicitud de AFP de comentarios sobre las afirmaciones de Trump.

Estados Unidos desconoce la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por el presidente Maduro, que la oposición rechaza por considerarla un «fraude» que busca perpetuar al mandatario en el poder.

Las declaraciones de Trump tienen lugar dos días después de que el Tesoro estadounidense impusiera sanciones contra Adán Chávez, hermano del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), y otros siete funcionarios venezolanos por impulsar la Constituyente.

Tildándolo de «dictador» el gobierno de Trump ya había sancionado a Maduro un día después de la elección de esa Asamblea, y antes a 13 funcionarios y excolaboradores del mandatario venezolano, acusados de quebrar la democracia, incurrir en corrupción o violar los derechos humanos.