Miami, Estados Unidos

Cuando faltan seis días para las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el republicano Donald Trump acortaba distancias con Hillary Clinton, preocupando este miércoles a los mercados internacionales y obligando al mandatario Barack Obama a redoblar sus esfuerzos para ayudar a la candidata demócrata.

Arrastradas por el cierre negativo de Wall Street la víspera, que se dejó 0,7% y ante el miedo que suscita una posible victoria del magnate, las principales bolsas europeas abrieron a la baja mientras que las asiáticas cerraron la jornada con pérdidas –Tokio retrocedió 1,76% y Hong Kong 1,45%–.

«El factor Trump ha vuelto a aparecer y, con él, el temor sobre cómo manejará la política de Estados Unidos», señaló el corredor Chihiro Ohta, de la firma SMBC Nikko Securities.

Un sondeo publicado el martes por ABC/The Washington Post situó por delante al aspirante republicano –la primera vez que ocurre desde mayo–, con una intención de voto del 46%, un punto porcentual más que su rival demócrata.

El resto de encuestas siguen dando ventaja a Clinton, pero la media calculada por el sitio Real Clear Politics sólo le concede 2,2 puntos de margen con respecto a Trump a nivel nacional (45,3%-43,1%).

El multimillonario, que hasta hace poco afirmó no creer más en los sondeos, ahora vuelve a darles importancia afirmando que está «al alza en todos».

«Llegaremos a la Casa Blanca», aseguró el martes durante las visitas que hizo a Pensilvania y Wisconsin (noreste), con la esperanza de arañar votos y lograr una improbable victoria en estos dos estados históricamente demócratas, con el objetivo de consolidar su camino hacia el Despacho Oval.

Cambio de guión 

La campaña ha dado un giro desde que el FBI reabriera por sorpresa hace unos días la investigación sobre los correos electrónicos que Clinton envió desde un servidor privado cuando dirigía la diplomacia estadounidense –en contra de las normas del Departamento de Estado–.

Trump está intentando aprovechar este «regalo» para ganar adeptos atacando a su rival, de quien dice tiene que hacer frente a una larga lista de problemas judiciales.

El magnate dedicará la jornada del miércoles para convencer a los ciudadanos de Miami, Orlando y Pensacola, tres ciudades del importantísimo estado de Florida (sureste), donde cada voto será decisivo el próximo martes 8 de noviembre.

Clinton, que también está dando mucha importancia este estado, viajará de su lado a Nevada y Arizona, sabedora de que los comicios pueden decidirse igualmente en estas dos regiones del oeste del país, donde abundan los electores hispanos.

El acoso que ha desencadenado el escándalo de la investigación la ha obligado a retomar la retórica beligerante para volver a atacar a Trump y dejar a un lado su idea de transmitir un mensaje de unión en los últimos días antes de los comicios, tras una campaña particularmente agresiva que ha dividido a los estadounidenses.

Obama también ha salido de gira para echar una mano a su exsecretaria de Estado, impulsado por la gran popularidad que acumula en sus últimos meses de presidencia –54% según la encuestadora Gallup–.

El martes visitó Columbus, en Ohio (norte); este miércoles estará en Raleigh, en Carolina del Norte (este); el jueves se desplazará a Miami y Jacksonville, en Florida); y el viernes viajará a Charlotte, en Carolina del Norte (este).