En un informe recientemente publicado, la OrganizaciónMundial de la Salud sostiene que la tuberculosis es la novena causa de muerte a nivel mundial. Sólo en 2016, alrededor de 10,4 millones de personas contrajeron la enfermedad, de las cuales, el 90 por ciento eran adultos y, el 6,9 por ciento eran menores de 15 años. Asimismo, el 65 por ciento eran hombres y un 10 por ciento eran pacientes con VIH.

La tuberculosis es una enfermedad causada por bacterias que se propagan de persona a persona por vía aérea. Si no se trata adecuadamente, esta afección puede ser mortal, pero, con seis meses de tratamiento sin interrupciones, el paciente se repone completamente. 

Un paciente con tuberculosis tiene que tomar cuatro principios activos o fármacos, dos o tres veces al día (un total de ocho o 12 comprimidos). Cumplir con esta gran cantidad de dosis representa un problema para el paciente que no es ordenado, y esta falta de continuidad puede generar resistencia a los fármacos e imposibilita la correcta curación.

Teniendo en cuenta este problema, un grupo de investigadores, liderado por Arturo Hoya de la Unidad de Producción de Medicamentos (UPM) perteneciente a la Secretaría de Extensión de la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), logró desarrollar medicamentos que reducen  la cantidad de comprimidos que el paciente debe tomar para tratar la tuberculosis.

“Creemos que, para diciembre, vamos a tener lista la asociación cuádruple (los cuatro antibióticos necesarios en un solo comprimido) y, si cumple con los requisitos de la ANMAT, el año que viene podrían estar disponibles para su distribución, por lo que se reduciría notoriamente la cantidad de comprimidos que deberá consumir un paciente para cumplir con sus dosis diarias”, señala Arturo Hoya, bioquímico y farmacéutico en diálogo con Agencia CTyS-UNLaM.

Año a año, es el Ministerio de Salud de la Nación el encargado de adquirir la medicación para una serie de enfermedades que no son contempladas por la industria privada por el bajo índice de rentabilidad que tienen.

Fue así que los responsables de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) , se contactaron con  PROZOME,  una planta de producción pública ubicada en Viedma, Río Negro, que, a su vez, comenzó a trabajar con la UPM de la UNLP para desarrollar ocho medicamentos en tan sólo medio año, tiempo inusitado para este tipo de investigaciones

“Con las fórmulas y metodologías que desarrollamos, nos trasladamos a la planta industrial y allí realizamos la transferencia, es decir capacitamos sobre el proceso de elaboración  y control de los diferentes medicamentos hasta la obtención de comprimidos en blíster”, relata Hoya y agrega que el total de la producción llegará a más de  20 millones de comprimidos en la siguiente etapa

«La resistencia a las drogas antituberculosas sigue siendo una amenaza. En el mundo, en 2016, hubo 600 mil nuevos casos de resistencia a la rifampicina, la droga de primera línea más efectiva», advirtió la OMS, y por esta razón es importante el trabajo en conjunto de la comunidad científica y académica para responder a demandas sociales tan trascendentes como este caso.