El 14 de julio de 2019 se juntaron en la ciudad mexicana de Puebla un grupo de dirigentes políticos y constituyen un espacio de reflexión, debate y articulación. Y se proponían los siguientes objetivos y propuestas:

 «Decidimos constituir el Grupo Progresista Latinoamericano, como un espacio de reflexión y de intercambio político en Latinoamérica. Un espacio que, respetando las preferencias partidarias de cada participante, tiene como objetivo analizar los desafíos comunes y de trazar iniciativas conjuntas, en pos del desarrollo integral de nuestros pueblos.

“Nuestra regió́n experimenta una nueva ola de gobiernos neoliberales, que insisten en promover los intereses y privilegios de una é́lite socioeconó́mica, a costillas del desarrollo de nuestros pueblos, frustrando sus posibilidades de desarrollo y bienestar social, a la vez que debilita nuestra soberanía, nuestras instituciones democráticas, el estado de derecho, la vigencia de los derechos humanos y el ambiente.»

La preocupación es aún mayor cuando se observan burdas formas de intervención judicial, mediante la deliberada manipulación de procedimientos legales, que buscan silenciar, intimidar o directamente restringir la libertad de las y los representantes populares. En definitiva, buscan la construcción de una hegemonía polí́tica a través de la exclusión de las fuerzas progresistas.»

Firmaban esta declaración Alberto Fernández, Celso Amorín, Marco Enriquez Ominami, Cuautemoc Cárdenas, Lula da Silva, Rafael Correa, Álvaro García Lineras, Fernando Lugo, Jorge Taiana, Martin Torrijos, Pepe Mujica, Ernesto Samper entre otros. Y lo hacían a título personal y no en nombre de organizaciones. Y esto tiene que ver con el momento político que se vivía y se vive en nuestra región donde el movimiento popular se encuentra en proceso de refundación.

A diferencia del Foro de Sao Pablo donde se agrupaban partidos políticos sólidos, y esa fue una experiencia muy útil, determinante para resistir al neoliberalismo en los 90 y constituir movimientos que permitieron acceder a los gobiernos a expresiones popular. Pero esa experiencia fue útil para aquella etapa. Habrá que buscar, es esta coyuntura, cual es la mejor forma de articular a las fuerzas populares. Sin cristalizar, prematuramente ninguna organización. Habrá tiempo para eso, y será imprescindible, pero no es ahora.

A los pocos meses de su fundación, se produjo el triunfo de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, y perdió el Frente Amplio en Uruguay. Se produjo el golpe de Estado en Bolivia para evitar que Evo Morales continuara en el gobierno en Bolivia y en todos los países de la región se vivieron luchas muy fuertes contra las consecuencias del modelo neoliberal. Produciéndose verdaderos estallidos en Chile, Ecuador, Perú, Colombia. Es decir vivimos una región en disputa, donde no puede la derecha afirmarse en el poder virtuosamente por la elecciones, recurriendo cada vez más al achicamiento de democracia y al avance del factor militar, y las expresiones de protestas populares que todavía no encuentran, en muchos casos como organizar unitariamente ese disconformismo y bronca.

Seguramente cuando se superen las restricciones que impone la lucha contra la pandemia, volverán, con más fuerzas las movilizaciones, protestas, reclamos de nuestros pueblos. Y es de esperar que eso redunde en organización política, que tendrá que darse en el marco de una unidad amplia, que los sectores populares declaman en nuestra región, pero que muchas veces no concretan. Para la posibilidad que vuelvan gobiernos que se preocupen y ocupen de las necesidades de nuestra gente y que se recupere la imprescindible integración regional, es fundamental que se afirme el gobierno de Alberto Fernández y que pueda impulsar transformaciones que reviertan la situación que padece nuestro pueblo. Si eso sucede, se verá que hay otra manera de gobernar que la de aplicar políticas neoliberales, y eso motivara a los pueblos hermanos.

El Grupo de Puebla cumplió un año en una América en disputa. Demostró ser útil, en la búsqueda de caminos y formas para seguir pensando en la posibilidad de retomar la senda de la Patria Grande.



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