Los clubes de barrio conforman uno de los sectores más castigados por los tarifazos energéticos. El año pasado, las facturas de luz y de gas crecieron en un 500%. A partir del 1 de febrero, sobre esa suba, tendrán un 50% más de aumento en la luz. Para abril, se espera un nuevo incremento en el gas. Los clubes de barrio encendieron la alarma y advirtieron que corren peligro de cierre.

El caso del Centro Cultural y Recreativo Juventud de Tapiales es referencial. Según denunció la propia institución, el lunes 30 de enero recibieron una tarifa de gas de $146.471,16 pesos. “Esto representa un aumento del 2.600 por ciento de aumento. O sea, 26 veces mayor que los $5.485,26 abonados por el mismo período bimestral en el año 2015”, explica un comunicado emitido por la entidad.

En el club, ubicado en La Matanza, entre las actividades propias de cada club barrial, cuentan con un natatorio climatizado “al cual concurren cerca de 500 de asociados” que encarece mucho la tarifa. Además, cuenta con una biblioteca popular.

En La Matanza, los tarifazos fueron freezados por distintas acciones judiciales encabezadas por la intendente Verónica Magario. Cuando estos “obstáculos” fueron sorteados por el Gobierno, empezaron a llegar las viejas tarifas, con las actualizaciones de precios. “Tuvimos subas en todos los servicios, pero ninguna como esta. La tarifa nos llegó la semana pasada, pero corresponde a abril-junio del año pasado. Reclamamos en Fenosa –la distribuidora de gas local- y la respuesta que obtuvimos fue que si el medidor anda bien, tenemos que pagar eso”, contó a Tiempo Horacio Mastrolia, presidente del club.

Mastrolia aseguró que ninguna de las líneas de servicio para clubes de barrio anunciadas por el Gobierno para este tipo de circunstancias funciona. “No existe eso. Intentamos, pero no hay nada”, contestó ante la consulta.

“Entendemos que esta suma exorbitante no encuentra otra explicación que el desprecio que expresan día a día los gobiernos nacional y provincial, principales responsables del tarifazo en curso, hacia los clubes barriales, entidades sin fines de lucro que brindan un espacio vital a niños, niñas, jóvenes y personas de la tercera edad para un desarrollo físico, social e intelectual”, expone el comunicado, que también pide el acompañamiento de la sociedad y la respuesta de las autoridades.

La situación del Cultural Tapiales está lejos de ser excepcional y representa apenas un caso de cientos de entidades similares que no obtienen del Estado las respuestas adecuadas. “El club contiene a unas mil personas, en total. Cumple un rol social vital para sacar a chicos de la calle, a los cuales el Estado no les da ninguna solución”, analizó Mastrolia, al tiempo que calificó al monto de “impagable” y se lamentó por el posible cierre del club.