Son básicamente textos y canciones, pero articulados de una manera singular e inspiradora. Este jueves Luis Pescetti y Juan Quintero revalidarán una unión para todos los gustos con la segunda versión del espectáculo Cartas al Rey de la cabina. Quintero aportará las canciones y Pescetti sus escritos asociados. No se trata de un espectáculo para chicos, asunto en el que Pescetti es toda una marca registrada. Sí de una comunión que dio paso a un disco y un libro, y que sobre los escenarios siempre encuentra nuevas sorpresas.

Lo prolífico de los talentos de Quintero y Pescetti favoreció este encuentro que se sostiene en las ganas y la química natural. La dinámica es sencilla, pero efectiva. Quintero canta una canción y luego Pescetti sigue con un texto. A veces, incluso, el orden puede ser inverso. Pero la clave es el diálogo y el clima que se construye entre esas dos expresiones.

«Luis escribe mucho y eso siempre es un empuje lindo para armar nuevos encuentros y nuevos repertorios. Lo que sucede en este espectáculo es que el terreno es muy móvil, muy abierto, improvisamos y nos dejamos llevar. Por eso siempre aparecen cosas que hasta nos sorprenden a nosotros mismos. Esta vez vamos a intentar armar una historia sobre la primera idea que tuvimos: una adolescente que se enamora de un tipo que se va. Ese será el disparador y veremos hasta dónde podemos llegar», revela Quintero, una de las figuras más respetadas y queridas del nuevo folklore.

«La verdad es que da mucho gusto poder hacer un espectáculo con elementos mínimos –destaca Pescetti–. Es como una limpieza que nos deja ver y sentir lo básico, lo importante. Sin escenografía, apenas con sonido y luces, alguien cantando con una guitarra en la mano y otro leyendo. Menos que eso es difícil, y sin embargo es muy poderoso lo que se crea. Juan tiene además de la musicalidad y el virtuosismo, mucha ductilidad, mucha capacidad para ir tejiendo redes y sentidos. Eso se ve cuando está arriba de un escenario y fue lo que me convocó para hacer cosas con él».

Así se creó un espectáculo singular. Quintero con sus delicados dedos sobre el mástil de la guitarra y Pescetti con su manera tan propia de narrar. Juntos comandan un viaje de poco más de una hora que comienza con un mapa, pero que lleva a propios y ajenos a terrenos no imaginados.

«Para mí esto que hacemos es, más que una historia hilada, algo hipnótico, es seguir el viaje de las palabras, es dejarse llevar», propone Quintero. El líder de Aca Seca también sostiene que más allá de las intensas agendas de cada uno, los encuentros con Pescetti son recurrentes porque funcionan como ceremonias: «Son celebraciones de la creatividad compartida, en las que resulta muy importante saber escuchar. Luis es una especie de catalizador de lo que se siente en el aire y por su forma de leer me va transmitiendo por dónde ir con lo sonoro. Aunque las palabras sean las mismas, el espíritu cambia cada vez que nos encontramos. Eso es importante para el público, pero también para nosotros.»

Pescetti, por su parte, hace foco en la entrega del público, que aporta mucho más que su presencia en cada encuentro: «El tercer jugador es el público. Le damos un lugar importante para acompañar los sentimientos y climas que se van generando a lo largo del espectáculo. Ellos también hacen que cada noche el show tome diferentes direcciones. Creo que esa particularidad enriquece nuestro trabajo y le da mayor singularidad a esta experiencia».

Dónde

Luis Pescetti y Juan Quintero presentan Cartas al rey de la cabina. Jueves 15 de agosto a las 21:30 en el Centro Cultural Torquato Tasso, Defensa 1575.