Más allá de la causa Papel Prensa, que continúa cajoneada en Comodoro Py, los efectos de esa operación concretada en plena dictadura perduran, con diferente intensidad, en el sistema de medios gráficos argentino. Si durante casi 35 años Papel Prensa, es decir, Clarín y La Nación, como socios mayoritarios, lograron controlar el precio de la tonelada de papel y definir a quién vendían -según señalaron competidores, como el creador del diario Crónica Héctor Ricardo García y otros dueños de medios gráficos-, en la actualidad el precio del papel estaría unificado hacia arriba, donde todos acceden a este insumo a un precio de commodity, pero perdura una pregunta: ¿Clarín y La Nación pagan actualmente este insumo a un precio inferior al del resto de los sus competidores en Papel Prensa?. 

En este sentido, la Ley 26.736, impulsada por el gobierno anterior, que declaró en diciembre de 2011 de interés público al papel de pasta de celulosa para diario, con la creación de una Comisión Bicameral de Seguimiento en el Congreso, fue clave para poner límites a los precios discrecionales en este insumo por parte de Papel Prensa, según explicó a Tiempo Jorge Déboli, presidente de la Cámara de Diarios y Periódicos Pymes de la Provincia de Buenos Aires.

«Hasta 2010, existía la llamada ‘cuota Papel Prensa’ que en ese momento era de 630 dólares por tonelada de papel. Era establecida por la empresa y ellos decidían a quién vendían y a quién no. Quienes compraban a este precio eran los diarios socios de Clarín y La Nación en la agencia DyN, unos 15 periódicos del interior del país. Todos los demás medios gráficos, pagábamos el papel a 1150 dólares la tonelada en el mercado de revendedores», recordó. 

En la actualidad, según Déboli, el precio oficial se unificó a instancias de esta ley, pero los medios gráficos argentinos se encuentran con otras realidades preocupantes. Por ejemplo, que la demanda de papel para diarios bajó, porque bajó la venta de diarios en papel (entre otros factores), pero Papel Prensa no disminuyó el precio de este insumo. «Ahora se consigue, porque inclusive a ellos les cayó la demanda de papel. Pero el precio no bajó en función de la menor demanda. Papel Prensa nunca dejó de subir el valor del papel», acusó. 

Según este directivo, el precio actual se acerca a los 10 mil pesos por tonelada. En cuanto a la producción Papel Prensa, actualmente la empresa puede fabricar 170 mil toneladas de papel por año. Según lo mencionaron Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli en la investigación «Silencio por sangre» (2012) «expertos en el sector sostienen que Papel Prensa habría estado subsidiando a Clarín mediante dos formas: un precio de venta de la bobina de papel menor a su costo de producción y la compra de la devolución de diarios a un precio que las fuentes consultadas llamaron insólito.

Este precio tiende a subir: según revelaron a Tiempo desde una imprenta que atiende a medios autogestionados, el precio por kilo orilla para ellos los 12 pesos. O sea, 12 mil pesos la tonelada.

El calificativo utilizado para aludir al precio de los diarios rechazados por los canillitas que Clarín vende a Papel Prensa, da a entender que está más relacionado con el precio de tapa que con el valor de un diario de descarte. El grueso del subsidio se origina en el precio del papel», afirmaron los autores. 

En los últimos años, a la caída en las ventas de los medios gráficos se suma una ecuación económica compleja. «Desde que salimos de la Convertibilidad los egresos principales son el papel y los sueldos. El papel aumentó 20 veces, y los sueldos 40 veces. Los ingresos aumentaron un 15% en promedio, contra un 30% de los egresos. Esa ecuación hace insostenibles los medios gráficos», analizó. «Entonces, el ajuste viene por el lado del papel. Se compra menos papel, y se entregan menos contenidos.» 

Menos papel, menos contenidos. Menos contenidos, menos periodismo y menos trabajo. Esa ecuación sólo la pueden compensar multimedios concentrados diversificados, con crecimiento exponencial y legislaciones amigables propiciadas por gobiernos aliados.