Hace 200 años Mary Shelley publicaba su novela emblemática, Frankenstein o el moderno Prometeo. Desde entonces, aquel monstruo que concibió cuando tenía sólo 18 años no cesó de modificarse. Ella lo pensó culto, exquisito y vegetariano, pero el cine se encargó de darle la fisonomía y la torpeza que constituye su imagen más popular. En la Biblioteca Nacional una gran muestra, El monstruo de Frankenstein, reconstruye su origen y su evolución y recrea escenográficamente las condiciones en que fue creado. Quien la recorra descubrirá aspectos desconocidos sobre la historia de uno de los personajes literarios más conocido de todos los tiempos. Detrás de esta muestra hay un grupo de trabajo que hizo una investigación minuciosa sobre el tema. De él formaron parte Lucía Cytryn, Emiliano Ruiz Díaz y Nicolás Reydó, y un equipo de diseño a cargo de Máximo Fiori y Santiago Fanego. La coordinación estuvo a cargo de Jorgelina Núñez y Evelyn Galiazo. La exposición está estructurada sobre tres ejes. “El primero de ellos –le dice Núñez a Tiempo Argentino– tiene que ver con la escena de gestación de la novela que es una puesta relacionada con la propuesta que Lord Byron les hace a los cinco románticos ingleses en Villa Diodati: quién de ellos es capaz de escribir la historia más terrorífica. De ese encuentro nacieron dos textos clave para el destino de la literatura universal. Por un lado, Frankenstein, precursor de la ciencia ficción y, por otro, El vampiro de John William Pollidori, que es el antecedente más directo del Drácula de Bram Stoker. Queríamos que el público entendiera en qué contexto había surgido la novela. Por eso hay un ejemplar de El vampiro, de Mazzeppa, texto que escribió Lord Byron a propósito de esa noche, una copia facsimilar de la primera edición de Frankenstein y también del cuaderno manuscrito de Mary Shelley de esa primera edición.” “El segundo pasaje de la muestra –explica- tiene que ver con el laboratorio propiamente dicho. En este caso quisimos hacer algo escenográfico porque pensamos que iba a tener atractivo para el público mostrar la escena del laboratorio, del monstruo, de ciertos instrumentales muy antiguos.” Están todos los textos científicos, de ocultismo y de los alquimistas en los que se inspira Mary Shelley y también los que lee el propio Victor Frankenstein. Además, proyección de fragmentos de las películas más famosas, publicaciones periodísticas de la época y un homenaje a los padres de la autora. Su madre, Mary Wollstonecraft, fue feminista y escribió Vindicación de los derechos de la mujer en 1792, libro del que puede verse la segunda edición. Su padre, William Goldwin, fue precursor del anarquismo y autor de Investigación sobre la justicia política, del que se conserva una edición muy antigua. El monstruo de Frankenstein puede visitarse hasta el mes de marzo. «