Papá Noel también tendrá menos trabajo este año. La mitad de los argentinos piensa en hacer regalos sólo para los más chicos, mientras que dos de cada tres asegura que reducirá los gastos, ya sea con menos obsequios o más baratos. Así las cosas, tal vez el gobierno piense en despedir a Papá Noel, reducirle horas extras o pagarle por productividad. En tanto, la mesa navideña costará un 54% más que el año pasado. Además, las vacaciones «gasoleras» serán un 57% más caras.

Los datos sobre regalos se desprenden del estudio «Estrategias Navideñas», de la empresa de investigación de mercado Kantar TNS. «La situación actual hace que se imponga como estrategia comprar menos cantidad de obsequios y a menor precio», sostiene Tomás Veitz, director de Cuentas de la consultora.

El informe de Kantar TNS cuenta que el 95% de los encuestados celebra la Navidad, de los cuales un 15% lo hace sin regalos. Del 80% restante, un 66% reducirá gastos. De estos, el 84% cuidará el bolsillo con regalos más baratos. Un 59% regalará a menos personas, mientras que un 50% avisa que sólo regalará a los más chicos. Además, el 32% intentará compartir gastos con la familia o amigos. El juego del «amigo invisible» será más amigable que nunca.

«A la hora de pensar en la mesa navideña encontramos en los argentinos cuatro tipos de categorías de productos. Gaseosas, helados y pan dulce son los imprescindibles en la mesa familiar. Seguidos por los necesario: sidras, turrones y frutos secos», señala Veitz.


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Justamente, gaseosas, helados y pan dulce son los alimentos típicos de la Navidad que más aumentaron en el último año, según un relevamiento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). En ese informe, se destaca que el morfi será un 54% más caro que el año pasado.

Si un grupo de cinco o seis personas quiere arrancar la Nochebuena con una picadita, hacer un asado, comer helado de postre y tener una típica mesa dulce, tendrá que pagar un 54% más que el año pasado: $ 4156 contra $ 2706. La inflación del año se estima terminará en torno al 50 por ciento. La comparación respecto de la Navidad de 2015 alcanza el 243% de aumento, mientras que la inflación del período es del 160 por ciento. Una diferencia brutal de 83 puntos porcentuales.

El informe de CEPA detalla: «El costo de la cena de Navidad (sin mesa dulce) llega a $ 3240, comprando queso, salamín,  fernet, vacío, asado, pollo, chorizo, tomate, lechuga, pan, gaseosa cola, vino de mesa, sidra y helado para cinco a seis personas. El precio para la misma cena en 2017 alcanzaba los $ 2176, mientras que en diciembre de 2015 sumaba $ 915, con los mismos productos e iguales cantidades».

Con respecto a la mesa dulce, «en 2018, un champagne, una sidra, 2 pan dulces, 1 budín y frutas secas tienen un costo aproximado de $ 943, mientras que en 2017 sumaban $ 530». Un 78% más. En el detalle de esta canasta, los alimentos que más subieron este año son: pan dulce, 140%; queso pategrás, 126%; mix frutas secas, 100%; pan, 67%; gaseosa cola, 64%; y helado, 60 por ciento.


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Todas estas canastas están por encima de la inflación general y muy por encima del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) y de la jubilación mínima, que sólo aumentaron este año un 28 por ciento. «Si se considera la evolución desde 2015, el SMVM sólo creció 102% y la jubilación mínima, 116%», advierte el CEPA.

Con respecto a los regalos, la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) emitió un informe en el cual se muestran pesimistas sobre la Navidad venidera. Matías Furió, presidente de la CAIJ, advierte: «Tras los magros desempeños de las temporadas pasadas de Reyes y Día del Niño, las expectativas no son buenas para esta Navidad». Las esperanzas del sector radican en los juguetes de la primera infancia. «Un padre o una madre prioriza el gasto para los más pequeños, antes que los regalos de los adultos, por lo que el juguete tiene una fortaleza: es lo último de lo que se priva», analiza Furió.

Kantar TNS completó la encuesta con consultas sobre los objetivos o propósitos para 2019, que suelen estar presentes en el brindis de Año Nuevo. «Para el 2019, el 51% de los argentinos pide mejorar su situación económica y, en el mismo nivel, también hay objetivos personales como viajar», sostiene Veitz. Sin embargo, viajar también costará mucho más caro; al menos, para este verano.

Un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) segmenta tres tipos de canastas turísticas para una familia tipo, en una semana de vacaciones. El sector «gasolero» verá los precios incrementarse en un 57,1%, mientras que el «selectivo» deberá pagar un 54,3% más. Los «premium», en tanto, un 54,2 por ciento.


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El mismo estudio señala que el costo promedio de esas mismas canastas pasó de representar un 108,4% del salario promedio en 2017, a un 132% en esta temporada. En 2015, equivalía a un 102 por ciento. Es decir, en 2015 para irse de vacaciones se necesitaba el sueldo de un mes, mientras que ahora hace falta un sueldo, más un tercio de otro.  «