El martes se lanzó el Partido Celeste. Tiene como objetivo principal negarle a la mujer el derecho a decidir sobre su propio cuerpo. Aún cuando esa mujer haya sido violentada, tiene que volver a ser víctima continuando con un embarazo que quiere interrumpir.

El impulso del espacio fue virtual: según su fundador, nació por los pedidos que hacían los seguidores de una fundación “pro vida” a través de una red social.

Cuando miramos hacia atrás y nos detenemos en los argumentos de los senadores que votaron en contra de la ley por la interrupción voluntaria del embarazo, la fundación de este partido preocupa. Y preocupa aún más cuando a menos de una semana, nos impactó la noticia de la muerte de dos mujeres por abortos clandestinos.

El día que se realizó el lanzamiento del partido celeste, en las redes sociales, los chistes se multiplicaron. Pero no es gracioso. Porque no hace falta más que recordar las cifras, enterarse que en provincia de Buenos Aires sólo en 19 de los 80 hospitales las mujeres acceden a su derecho al aborto no punible y que en la provincia de Tucumán el lunes un grupo intentaba impedir nuevamente que se trate la adhesión a la ley de salud sexual y reproductiva.

Basados en la encuesta propia en las redes sociales, el texto de lanzamiento afirma que el 80%  de los argentinos está en contra del aborto legal, seguro y gratuito, desconociendo absolutamente el crecimiento del movimiento de mujeres pero sobre todo omitiendo respuestas y soluciones a un problema que hace años es urgente y que nunca pudo ser debatido en forma democrática porque el cerco anti aborto parecía infranqueable.

Cinco meses de debate profundo, de discusiones e inclusive de una media sanción en Diputados que salió gracias a la lucha de miles de mujeres fueron suficientes para saber que la sociedad argentina quiere otra cosa muy distinta a lo que quieren los senadores. Y para saber que los senadores les dan la espalda al pueblo, retroceden. Y este espacio también plantea retroceder.

No es inocente ni graciosa la formación de un partido de estas características en este momento. Atentar contra los derechos adquiridos en el Senado o en las calles es igual de grave, y es hasta ahora la única propuesta que tiene en manos el Partido Celeste.