Cuando hace 20 años Roberto Peloni recibió un VHS con una película por demás bizarra, nunca imaginó que ese momento sería recordado tantas veces como en el presente. Y mucho menos que, a futuro, él mismo sería el protagonista de ese film que lo cautivaba tanto con cada play que le daba a su videocasetera.

La película era The Rocky Horror Picture Show, un clásico de clásicos dentro del teatro musical que fue llevado al cine en 1975. El film envejeció tan bien que durante los años posteriores no hizo más que ganar fans. Roberto era uno de ellos.

En el mundo de The Rocky Horror Show –un espacio donde el absurdo, el sexo y el humor se mofan hasta el límite de los pruritos socialmente aceptados– la libertad es ley. El regreso de ese universo en forma de obra teatral (en la Argentina hubo versiones en los años ’70 y ’90 protagonizadas por Valeria Lynch, Linda Peretz, Jean Pierre Noher y Natalia Lobo, entre otros) vuelve sobre los pasos del Dr. Frank-N-Furter, un sádico travesti interpretado por Peloni, que habita un castillo lleno de humor y sordidez.

“Que estemos llenando el teatro con esta obra y en la sala más grande del Maipo, habla de otra manera de ver teatro y de un texto que supo permanecer en el tiempo”, dice Peloni a Tiempo. Esa cuestión de la permanencia es clave. ¿Por qué? Martes a martes el público se convierte en una pieza aceitada de todo lo bueno (y mucho) que gira alrededor de la obra. Si ya es toda una costumbre global representar en las plateas lo que sucede arriba del escenario, en la nueva versión local el ambiente tiene mucho de agite. “Se vive un ambiente similar al de un estadio, con mucha participación del público interactuando con nosotros. Muchos vienen disfrazados, y es como si fuese un show de rock en varios aspectos”, explica el actor aclarando las dificultades que significaron y que persisten al entrar en un personaje como el de Frank-N-Furter: “No fue fácil porque es un papel muy exigente. En un principio implicó un gran cambio en la alimentación, dejar las harinas y ponerme en forma porque tengo el físico muy expuesto en la obra. Tuve que depilarme toda la espalda y eso también fue complicado, aunque los beneficios en la alimentación es algo que conservo, ya que es el lado bueno de comer bien”.

Como parte de una dinámica siempre cambiante, The Rocky Horror show incorpora cada semana a una figura nueva a su elenco, cumpliendo el rol de un investigador que todo lo husmea. Por esa instancia pasaron Nicolás Scarpino, Aníbal Pachano y el «luthier», Marcos Mundstock. “Ese personaje que interpretaron varios invitados tiene mucho sentido en la obra, y hasta la alternancia de personas es importante. Es que cada uno le da su impronta haciendo que las funciones sean diferentes. Ese es otro de los secretos de la propuesta”, dice Peloni.

–Como parte de la adaptación decidiste hacerte un tatuaje para no tener que pintarte en cada función.

–Es así, pero también tiene que ver con el cierre de una etapa. Cuando conocí esta peli, hace tiempo, tenía muchos sueños. Este personaje me conectó con el pasado y con los sueños de querer ser actor. Más de 20 años después sentí que el tatuaje coronaba una parte de mi vida. «

The Rocky Horror Show se presenta los martes a las 21 en el Teatro Maipo. Esmeralda 443.