«Creo que todos estamos tratando de salir de alguna guerra», reflexiona Fernando Zuber en relación a Ciegos, su primera película de ficción. Con esas palabras expresa una sensación. Si bien Marco (Marcelo Subiotto, el padre protagonista) es ciego, el film se ocupa de aquello que define al peor ciego: el que no quiere ver, lo que se habla por lo bajo porque si se escucha, perturba. «Tuve muy presentes a los padres que fueron sobrevivientes de Malvinas –continúa–. Era un grupo del que sabía poco y de los que se había hablado poco. En general creo que se habla de ellos como hijos, o de los padres que los perdieron, pero no de ellos como padres. Y me parece que sigue habiendo esquirlas de la guerra que permanecen. Pasan las generaciones y siguen estando ahí. Me parecía interesante cómo era ser hijo de alguien que estuvo ahí, y cómo era ser padre para alguien que estuvo ahí».

Zuber dice que no tiene contacto directo con la Guerra de Malvinas ni relación con víctimas, sobrevivientes o simplemente con conscriptos afectados en ese tiempo. Sin embargo conserva un recuerdo «muy impactante de niño», cuando una noche «bastante fría y oscura» tocaron el timbre de su casa y «venían a preguntar si estaba» su hermano, quien había estado afectado al servicio durante el conflicto. «Desde el calco con las dos islas en la luneta de un auto hasta lo más profundo, es un tema que sigue estando muy presente».  

El director de Soledad al fin del mundo –que se presentó en Rotterdam, Torino, Ciudad de México, Gijón, Barcelona y Corea y obtuvo el Premio Especial del Jurado del BAFICI 2006– dice que Ciegos es una ficción «total», no inspirada en hecho o lectura alguna. Asocia la ceguera a una fantasía de chico: «Desde siempre trabajo con cosas relacionadas con la imagen y desde chico uso anteojos, entonces mi pregunta era cuándo me iba a quedar ciego. Después paulatinamente entendí que no tenía nada que ver una cosa con la otra. Además, me resultaba muy atractivo narrativamente, representa algo histórico, social y también muy actual: estar todo el tiempo viendo, viendo, viendo imágenes, Internet, televisores por todos lados, pero al mismo tiempo perdiendo de ver un montón de cosas. Por eso es ‘ciegos’, en plural».

La película cuenta con un elenco en el que más de la mitad son adolescentes, salidos de «un gran casting de varios meses, porque queríamos que más allá del toque local fuera una historia universal: en todo el mundo padres hay sobrevivientes de guerra, e hijos de sobrevivientes también». De allí salieron Benicio Mutti Spinetta e Isabel Aladro –entre otros– y un conjunto de pibes que pasan buena parte de la película en el agua, al aire libre y con poca ropa. «Me interesaba mucho que los cuerpos estuvieran lo más liberados posible. Entonces filmar en verano nos permitía ver personas en cuero, mucha fragilidad, mucha piel sin cubrirse demasiado. Filmarla en verano nos permitía eso. Siempre la historia tuvo río y campo, y me gustaba ver cómo el clima altera las personalidades un poco: la gente vacía de todo y cargada de sentido de otra cosa que fuera el cuerpo, por eso tanta piel».

Zuber cree que se avecinan nuevos y buenos tiempos para el cine, porque lo mismo siente respecto al contexto general local, que según él es el que «se ocupa de ponerse de acuerdo con tu deseo para decidir cuál es la próxima historia o el próximo proyecto que quieras encarar». Y también cree, con mucha razón, que Ciegos «no es una película sobre la ceguera y al mismo tiempo no es sobre la guerra». Tampoco sólo de no poder o querer ver lo que circunda y duele, o simplemente molesta. «Hay un gran mundo que es todo el proceso de descubrimiento que implica dejar de ser lazarillo –dice sobre esa relación tan peculiar que se produce entre el hijo Juan y el padre Marco–: de alguna manera ser hijo es ser lazarillo. Y los momentos de bosque, de río de los chicos son para mí la esperanza de poder liberarse de todo y recuperar algunas cosas de la infancia que se van perdiendo a medida que se crece».


CIEGOS

De Fernando Zuber. Protagonistas: Marcelo Subiotto, Benicio Mutti Spinetta y Luis Ziembrowski. Estreno: jueves 5 de diciembre. En cines.