El ex presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y actual titular de la asociación de industriales metalúrgicos Adimra, Juan Lascurain quedó detenido hoy por orden de la Justicia.

La agencia Telam informó que la detención se produjo en el marco de “una causa conexa a la que investiga presuntas irregularidades en las obras de remodelación de la mina de carbón de Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz”.

Las primeras versiones periodísticas sobre una posible detención del actual vicepresidente 5º de la entidad fabril circularon anoche. De acuerdo a Telam, el empresario se entregó por sus propios medios en los tribunales federales de Comodoro Py “antes de que el juez del caso, Luis Rodríguez, emitiera una orden de detención”.

Ante consultas de este medio, en la UIA eligieron no emitir opinión al cierre de esta nota. En estricta reserva, dirigentes vinculados a otros espacios empresariales asociaron la detención del metalúrgico a la reciente polémica que entre el gobierno nacional y los dirigentes de la Unión Industrial, y hablaron de “persecución”, en una tarde en la que también se produjo un allanamiento a una de las sedes del sindicato de Camioneros, enfrentado a Mauricio Macri en los últimos tiempos.

Las partes vienen de varios días de colisiones discursivas. Los industriales objetaron hace dos semanas las negociaciones que el gobierno venía realizando en camino de un posible acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

La UIA, descontenta porque las autoridades supuestamente no la convocaron para negociar, presentó al secretario de Comercio, Miguel Braun, un documento con 14 sugerencias. El envío se complementó con fuertes críticas al perfil que asumió el gobierno nacional para tratar con los europeos; un modelo que los referentes de la UIA definieron como demasiado abierto a la contraparte que no manifestaba interés en corresponder con una apertura similar de sus fronteras.

La semana pasada en la sede del ente empresarial tuvo lugar la primera reunión del año del consejo directivo. En el encuentro, el primero en tres meses, se escucharon numerosas e intensas críticas a la política de la alianza Cambiemos para la industria nacional.

Este último hecho, tuvo larga repercusión y provocó al fin la respuesta verbal del gobierno por medio de su ministro de Producción, Francisco Cabrera, que salió al ruedo con palabras de claro tono confrontativo. En pocas palabras, el funcionario les pidió que “sean competitivos” y que “se dejen de llorar”.

Las palabras elegidas por el ministro, inusuales en la retórica protocolar, surtieron efecto en los empresarios fabriles, que rápidamente salieron a responderle. Entre ellos, el vice de la UIA, presidente de la cámara alimenticia CIPA y gerente General de la multinacional de origen local Arcor, Adrián Kaufmann Brea, le respondió en una entrevista con Tiempo que: “Nosotros no lloramos por nada” y contraatacó con renovadas críticas a la política económica en general, por ejemplo, a: “Las fallas de la política macro” que explican, según argumentó, el problema de la inflación que Balcarce 50 no puede contener.

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