Después de un auspicioso debut con el disco “La Malanca”, editado en 2014 y nominado a los premios Gardel y su sucesor, “Aunque nadie te vea conmigo. Tangueando a Silvio Rodríguez”, Patricia Malanca acaba de editar «Bucles», su nuevo álbum integrado por temas del cancionero tanguero compuesto en la última década y composiciones propias.

«Bucles», que Malanca presentará en vivo este domingo a las 21 en el CAFF (Sánchez de Bustamante 772) fue registrado junto al trío de guitarras LHN (Adrián Lacruz, Mariano Heler y Leandro Nikitoff) y cuenta con la participación de Dolores Solá, Cucuza Castiello, y el coro La Cigarra, entre otros artistas, que también dirán presente en el concierto.

– ¿En qué momento de tu carrera llega “Bucles”? 

– En un momento donde empiezan a verse los genuinos brotes verdes de una trayectoria de siembra de 10 años como artista de tango independiente. El valor agregado a la materia prima que yo traía de origen es bien industria argentina que se fabricó durante muchas horas cantando en múltiples escenarios nacionales, mucho tránsito en festival de tango independiente y mucha afinación en las cuerdas del mango de la intuición para pensar el próximo paso de mi carrera. Prefiero hablar de horas, no de años, lo que me recuerda que hubo un momento donde tomé la decisión de abandonar las casas de tango for export y asumir que provengo de una generación que reivindica al rock como su música formativa pero que necesita el tango como canal de expresión de las crónicas de esta época.

– ¿Cómo fue animarse a dar el paso a componer y producir?

– Compongo canciones desde chica, solo que esos papeles con mis canciones se fueron traspapelando entre dibujitos de Mafalda, diarios íntimos de la infancia, boletines de la secundaria, apuntes de la facultad, papeleríos de inscripción a la Afip para acceder a algún trabajo, porque en mi caso provengo de una familia obrera muy pobre que, si bien podía ayudar a estimularme para un desarrollo artístico, no podía ayudarme a bancarme en lo económico para que yo viviera solo de la música. “Bucles” y “Milonga de Frases Hechas” son los temas propios que elegí para incorporar entre otros 10 tangos nuevos de poetas muy reconocidos en el ambiente tanguero; Acho Estol, el Tape Rubín, Raimundo Rosales, Matías Mauricio, así como artistas del mundo del rock a los que vengo cantando desde mi primer disco como Martín Elizalde y Diego Baiardi. – ¿Podrías elegir dos canciones del repertorio y contar qué significan para vos? – Habitualmente los productores te aconsejan hacer discos cortos. Yo hice todo lo contrario. Quería un disco largo. Muchas canciones nuevas. El disco tiene 15 temas, 11 de ellos compuestos en estos últimos 10 años. Del 1 al 15 del disco, me quedo por el momento con el 1 y el 14 porque a través de “Bucles” y “Monte quieto” puedo expresar claramente ese viaje al que invito a subirte con el álbum.

– ¿Cómo vivís el momento del “vivo” y el contacto con el público?

– Los artistas independientes del tango siempre estamos pensando en los amenities de un show en vivo, o sea, en qué más podemos brindar para que nuestros espectáculos no sean solo una misa religiosa de encíclicas tangueras. Creo que aquellos que me siguen saben que los cuido como público por lo que trato de balancear lo nuevo, lo viejo, lo prestado. La grieta en el tango está entre quienes montan mega negocios del tango para irse a cazar leones y quienes con pocos recursos hacemos safaris estéticos de nuestra imaginación para construir piezas de arte del efímero tanguero durante nuestras presentaciones. Muchos artistas coincidimos que el CAFF es el Templo del Tango, pero sin solemnidades, como debe ser.