La denuncia del fiscal Alberto Nisman por la que esta semana una solicitada ordenó la destitución del juez Daniel Rafecas es apenas el mascarón de proa con que el que los sectores de poder esconden otro objetivo: procurarse la impunidad. Así lo explicó el abogado de Memoria Activa, Alejandro Rúa, para quien el texto publicado en los diarios Clarín y La Nación es «un mensaje que ya cumplió su cometido» y apunta más allá del juez que investigó el delito de lesa humanidad cometido en la apropiación de Papel Prensa.

«Esta movida usa como mascarón de proa la causa de Nisman, pero esconde otro disciplinamiento», aseguró Rúa a Tiempo. El listado de nombres que sostiene el pedido de jury son personas poderosas que «vieron que hay posibilidades con este gobierno de procurar impunidad para su grupo», sobre todo en lo que tiene que ver con los vínculos civiles con la dictadura. Y es por eso que, además de Julio Saguier o el representante de La Nación en Papel Prensa, Víctor Zamenfeld, hay tantos miembros de ambos diarios en esa solicitada.

Más allá de la avanzada contra Cristina Fernández, la solicitada fue también un mensaje al poder judicial a días de que la Sala I de la Cámara Federal porteña trate el pedido del fiscal Germán Moldes para reabrir ese expediente. «El jueves tenemos una audiencia, entonces para los camaristas esto es un mensaje de que a un juez, semejantes nombres, le han dicho casi que es un delincuente», reflexionó Rúa.

«Fue claramente un mensaje y ya cumplió su cometido más allá de todos los repudios que se hagan a la solicitada. Esto es una intromisión gravísima sobre los procedimientos judiciales», coincidió el abogado con Rafecas, los organismos de DD HH y diversos sectores políticos que repudiaron la solicitada. «