Y llegó el día en que la ciudad se vistió de verde. Desde la mañana las calles que rodean el Congreso de la Nación fueron poblándose de mujeres que se acercaron a la zona para participar de algún modo de las primeras del debate por el aborto legal, seguro y gratuito.

Durante la jornada se planificaron una serie de actividades que tuvieron lugar en un escenario ubicado en avenida Rivadavia al 1800 que se convirtió con las horas como el punto más interesante de la jornada.

Allí se leyeron los diferentes documentos de adhesión a la histórica jornada que se extendió hasta las primeras horas de la noche. “Estoy acá por mi derecho como mujer”, dice Aldana. Tiene 17 años y está junto a dos amigas del barrio que tienen la cara pintada. La chica cuenta que “por ahí anda su mamá con las amigas” y que no llegaron juntas a Congreso pero sabían que están.

Así como Aldana eran muchísimas las jóvenes que estuvieron acompañando el debate que adentro se vivía con sensaciones de todo tipo.

El calor de otoño y los casi 30 grados fuera de temporada, permitieron revivir el clima del último 8 de marzo, será tal que vez que por eso, musculosas y remeras con ingeniosas inscripciones fueron una de las tantas estrellas de las jornadas.

“Ni una muerta más ni una presa más”, “Aborto Legal”, “Ni una sola muerta por aborto clandestino”, “#AhoraEsCuando” fueron algunas de las consignas que pudieron leerse a lo largo de una tarde que tuvo su punto más alto alrededor de las 16 cuando se completaron las columnas de las diferentes agrupaciones políticas y organizaciones feministas.

“Son las pobres las que mueren, eso está en las estadísticas”, dice Raquel Vivanco, integrante del colectivo Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana) quien desde la mañana estaba participando de las actividades. “La sociedad lo está debatiendo”, expresó.
Uno de los momentos importantes de la tarde fue la lectura del documento confeccionado por el colectivo de comunicadoras con el título “Abortar es un derecho. Nuestro compromiso, comunicarlo con responsabilidad”. “Somos periodistas, activistas y comunicadoras feministas y estamos a favor del aborto legal porque todas abortamos o acompañamos a otra en una interrupción voluntaria del embarazo. Queremos tener el reconocimiento sobre nuestras decisiones reproductivas. La maternidad tiene que ser una decisión, un deseo y no una imposición o un mandato. ¡Aborto legal ya!” concluye la carta. Las periodistas y reporteras gráficas se agruparon luego en las escalinatas del Congreso para una foto grupal.

En el escenario se iban sumando las expresiones musicales, pasó el grupo de cumbia Rebelión en la zanja, Los Marginales del Flamenco, una batucada.

Del otro lado del Congreso, por calle Riobamba un grupo reducido manifestaba su desacuerdo con la interrupción voluntaria del embarazo. Vestidos de rojo, la manifestación estaba a 80 metros de la otra y estaba rodeada de un cordón policial estaban reunidos bajo la consigna de “Salvemos dos vidas”.

Las manifestaciones autodenominadas “pro vida”, estuvieron un par de horas en la zona, y desconcentraron alrededor de las 19.30, después del gran pañuelazo. Dejaron en la cuadra algunos carteles, entre ellos uno que preguntaba “Qué hubiera pasado si las que están a favor del aborto las hubieran abortado”. Y la respuesta puede ser “nada”, pero hay otra: “probablemente serían otras las mujeres que estarían frente al Congreso peleando por sus derechos”.

La jornada tuvo sus réplicas en Posadas donde desde las 15, unas 300 mujeres se juntaron a debatir y a manifestarse a favor del aborto en la plaza principal; en San Miguel de Tucumán también realizó una gran marcha mientras que en Córdoba y Neuquén se juntaron al atardecer para acompañar el “pañuelazo” de las seis de la tarde.