El sexto festival de literatura infantil Filbita se realizará del 10 al 13 de noviembre en tres sedes porteñas de la mano de unos 25 escritores, dibujantes y mediadores de la Argentina, Portugal, España, Holanda y Francia que pondrán el foco en las migraciones y el desafío de construir la identidad con un horizonte en constante movimiento. Con una gran búsqueda del tesoro y un recital de Mariana Cincunegui para cerrar el evento el domingo; dos sedes nuevas, entre ellas la Chacra de los Remedios, en Parque Avellaneda, donde aprovecharán el microcine para ­proyectar cortos animados; y también un recital poético de la española Mar Benegas, las actividades estarán atravesadas por lo migratorio, «un tema que se impone por su actualidad», adelanta a Télam Gabriela Adamo, directora del Filbita. «Queremos que los adultos se lleven herramientas para pensar el cruce de la literatura y las migraciones en su actividad diaria», dice Adamo sobre el festival que tendrá su correlato uruguayo el 18 y 19 de noviembre en la vecina ciudad de Montevideo y que encuentra su marca de identidad en los talleres para mediadores de la lectura.

Una marca que cada año se revisa a sí misma y reflexiona, además, sobre lo que literatura infantil significa y convoca, «teniendo en cuenta que en cada definición hay una concepción de lo que es un niño», postula por su parte Larisa Chausovsky, encargada de contenidos del Filbita y de las acciones con escuelas. Paula Bombara, Inés Garland, Diana Tarnofky, Cecilia Pisos y Didi Grau son algunos de los 20 autores argentinos que participarán del evento que este año se expande y suma al Centro Cultural del Sur (CCS), ubicado en la avenida Caseros 1750, el de la Cooperación (CCC), en avenida Corrientes 1543, y el Complejo Chacra de los Remedios, en la intersección de las avenidas Directorio y Lacarra. La española Benegas, la francesa Mandana Sadat, la lusa Catarina Sobral y los holandeses Marije y Ronald Tolman son algunos de los poetas, dibujantes y responsables de plataformas digitales que participarán de estos cuatro días de actividades. Con el Encuentro para Docentes, el Filbita propone entre otros nombres locales a Eduardo Abel Giménez, Andrea Ferrari, Juan Lima, Paula Martí­n, Carola Martí­nez, Luciano Saracino, Irene Singer, Sebastián Vargas y Johanna Wilhelm. –

Télam: ¿Por qué las migraciones como eje central del encuentro?

– Gabriela Adamo: El tema se impuso por su actualidad, tanto a nivel de urgencia mundial como del contexto real en nuestro paí­s. Las migraciones -sean por deseo, por necesidad o por obligación- son movimientos que atraviesan a personas de todas las edades y ponen en juego sentimientos, ideas, creencias y sueños. Son parte de la historia de la humanidad y a la vez realidad cotidiana. Y para los niños son, además, el doble desafí­o de construir su identidad en un horizonte que se mueve incesantemente frente a sus ojos. Eso es lo que estaremos leyendo, pensando, jugando y experimentando en esos cuatro días de noviembre. –

T: El Filbita se hará en dos sedes nuevas este año. ¿Se expande?

– GA: Es un festival doble: dos jornadas están dedicadas a los adultos (mediadores de todo tipo, de maestros a ilustradores) y otras dos a los chicos y sus familias. Las primeras (jueves y viernes) se harán en el CCC, que es un lugar central y cómodo, al que puede acercarse el público también después de trabajar. En cuanto al CCS y Chacra de los Remedios, los elegimos para las actividades del fin de semana porque nos importa mucho estar en la zona sur de la ciudad, porque suele tener menor oferta de actividades de acceso a la lectura. –

T: ¿Qué se busca estimular en los talleres para adultos? 

-GA: Es una oportunidad para trabajar en grupos reducidos con grandes maestros. En este caso, la ilustradora francesa Sadat, los dibujantes holandeses Marije y Ronald Tolman, y la poeta española Benegas. Nos dirigimos a especialistas dentro del grupo de mediadores (en este caso, ilustradores y escritores) y les ofrecemos esta pequeña joya de la práctica.

– T: ¿Qué rol juegan los adultos y mediadores de lectura? –

GA: Son clave y por eso les dedicamos dos dí­as de actividades: talleres, mesas redondas, lecturas y un Encuentro para Docentes que se hará el jueves a la tarde en el CCC, en busca de conectar a los maestros con su propio entusiasmo con la lectura. Porque si no sentimos entusiasmo nosotros mismos, será muy difí­cil transmitirlo a otros. –

T: Entre los invitados destacan los ilustradores.

– A: Siempre ocuparon un lugar destacado en el mundo del libro infantil y cada dí­a lo hacen más. Hay libros como La casa del árbol, de Marije y Ronald Tolman, que sólo tienen ilustraciones y prescinden totalmente de las palabras. En un momento en el que el concepto de qué es la literatura y qué son los libros está cambiando tanto, darle lugar a estos otros artistas del libro es muy necesario.

– T: Las escuelas tienen un lugar central en el Filbita.

– A: Siempre tienen un rol fundamental. Hay un programa que llamamos «Filba Escuelas», a través del cual trabajamos todo el año en el Gran Buenos Aires, capacitando a docentes y padres con herramientas de estímulo a la lectura. Hacemos un Encuentro para Docentes en cada festival (el Filba Internacional y el Filba Nacional también) y consideramos que son nuestros invitados principales.

– T: Muchos invitados son poetas, ¿qué tipo de acercamiento a lo literario y la lectura permite la poesí­a en los niños?

– Larisa Chausovsky: La poesía es una de las formas primarias y más potentes que tenemos para acercarnos a la literatura en los primeros años de vida. Un acercamiento que abre y multiplica la posibilidad que tienen las palabras de ir construyendo mundos. Es, además, una manera de explorar el lenguaje en un momento de la vida (la infancia) en que la exploración del lenguajes es la exploración misma del mundo. De allí­ que muchos autores y especialistas (Yolanda Reyes y Ruth Kaufman entre otras) insistan con la importancia y la riqueza de acercarse a la poesí­a desde los primeros meses de vida.

– T: ¿Qué caracterí­sticas hacen que una literatura sea clasificada como infantil?

LCH: En realidad la clasificación de infantil muchas veces tiene que ver con una categorí­a externa a la literatura. ¿Es un adjetivo, limita o posibilita? Lo «infantil» es una categorí­a definida histórica y socioculturalmente. Sin duda hay que pensar que cuando acercamos libros a los niños hay ciertas miradas o temáticas que pueden serles ajenas, pero que tienen que ver con el tiempo de vida recorrido. Pero no por eso hay que dejar afuera, ni dar por hecho que hay ciertos temas estandarizados que les van a interesar. Como nos pasa a los adultos, las obras literarias que nos conmueven encuentran las razones más variadas.