Dos mucamas que trabajan en la mansión de Doña Berta –una señora de alta alcurnia maltratadora y de fuertes conexiones políticas– perciben que su patrona sale a buscar desesperadamente a su marido por un confuso hecho policial. Ese será el punto de partida de Las negras, una historia llena de humor y violencia.

Sin caer en la caricatura o el cliché, tanto Lidia (Lía Viñao) como Teresa (María de Pablo), las dos mucamas, dejan entrever un mundo pesado y oculto que cargan detrás de sus uniformes de trabajo. Son personajes que exhiben una gama de matices tan amplia como para llevar de la mano al espectador desde el humor a la tragedia y de la risa a la emoción.

«Quería hablar del abuso que hay entre las clases sociales desde siempre. Hay algunos que creen que tienen más derechos que otros y tratan a los empleados como mascotas. Se me ocurrió que para luchar contra eso lo único que podía surgir era un intento de asesinato a la patrona, mechado con una lucha de celos por un plomero y toda esa mezcla dio forma a esta obra», explica Christian Inglize, quien además de interpretar a Berta es el encargado de la dramaturgia y dirección.

Inglize agrega: «Hay un poco de melodrama cuando aparece en escena mi personaje porque esa mujer está llena de excesos e impunidad. Se sabe poderosa, se vanagloria de su posición y sus empleadas deben soportarla».

Para darle vida a Las negras, Inglize se inspiró en autores como García Lorca (sobre todo en La casa de Bernarda Alba) y del dramaturgo francés Jean Genet (particularmente de Las criadas). En su construcción le añadió humor y actualidad, así como elementos tremendos de la historia argentina. «En esta propuesta todo transcurre en 1979, porque Berta es muy amiga de la mujer de Videla –revela el director, dramaturgo y actor–. Hay violencia psicológica y verbal en la obra, pero también humor que invita a la reflexión con lo que nos sucede hoy en día. Siento que en la actualidad hay un rebrote de este tipo de actitudes porque creo que son conceptos que el gobierno estimula y fomenta. Lo que hace un tiempo se guardaba, hoy sale a la luz mucho más virulento».

Para Inglize, existe una doble moral que se debe combatir. «Hay mucha discriminación y debemos luchar contra eso. El teatro tiene esa función de invitar a vernos y reflexionar para que tal vez haya un cambio positivo. Aunque con un Estado como este, que no toma como importante a la cultura, todo es más difícil», concluye. «

Las Negras. Mañana a las 21 en Espacio NoAvestruz (Humboldt 1857).