En pocos días llega la 44º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires que, desde su nacimiento, no ha parado de crecer año a año. Esta vez, tiene lugar en una Argentina económica y emocionalmente deprimida, con ciudadanos agobiados por facturas impagables y bombardeados por medios masivos de comunicación que venden como nuevas viejas ideas de las que el país ya ha sido víctima en otras ocasiones. En medio del  apagón productivo, la industria editorial trata de hacer pie como puede. 

El 26 de abril comenzará el que sin duda constituye el mayor acontecimiento cultural de la Argentina que se extenderá hasta el 14 de mayo, un período muy largo para una feria de su tipo que en países con mayores recursos duran bastante menos. 

Este año, la ciudad invitada de honor será Montevideo. Por esta razón, cuando la escritora Claudia Piñeiro concluya su discurso inaugural que comenzará a las 18, será el turno del músico uruguayo Jorge Drexler  que  se presentará en un escenario ubicado sobre la calle Sarmiento. A partir de las 20 la entrada será gratuita.  

Entre los platos fuertes que promete la ciudad invitada, figura la participación del expresidente uruguayo José «Pepe» Mujica que leerá tramos de Las venas abiertas de América Latina, texto emblemático de Eduardo Galeano. 

La lista de invitados extranjeros está compuesta por Yasmina Reza, Mario Vargas Llosa, Piedad Bonnett, Paul Auster, Elvira Sastre, Dan Wells, María Dueñas, Richard Ford, Camilla Läckberg, Javier Sierra, Javier Ruescas, Andreo Rowling, Juan Villoro, Arturo Pérez Reverte y el  Premio Nobel John Coetzee. 

Sin duda, una de las grandes novedades de esta edición será la apertura del Espacio de Diversidad Sexual a través de la cual la Fundación El Libro y la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires «atestiguan la voluntad de funcionar como caja de resonancia de distintos debates y manifestaciones, y de recoger e impulsar, sin censuras, todo lo plural y rico que produce la cultura».

El Diálogo de Escritores Argentinos, el Diálogo de Escritores Latinoamericanos y el  Festival de Poesía serán algunas de las propuestas fundamentales. También el fútbol tendrá su lugar. En el marco del Diálogo de Escritores Latinoamericanos se pasarán la pelota el mexicano Juan Villoro y el argentino Eduardo Sacheri y se presentarán diversos libros relacionados con el tema.

La Feria del Libro es una muestra palpable de que, a pesar de las crisis y de los gobiernos que cierran centros culturales, reducen la participación popular en la cultura y desean convertirla en un estereotipado producto for export, Buenos Aires sigue siendo una ciudad con una agenda cultural excepcional. También ayuda a poner en tela de juicio la afirmación que, a fuerza de repetida, ha obtenido el status de verdad indiscutible: que ya no hay lectores. Lectores hay. Lo que sí ha disminuido es el poder adquisitivo, lo que los obliga a tener que optar entre un libro o la comida del día. En este marco, las pequeñas editoriales que nacieron nadando a contracorrientes de los grandes grupos concentrados y que hoy ven peligrar su existencia merecerían un comentario aparte. «