Nueve meses después de haber presentado el primer proyecto de la UniCABA, el gobierno porteño vuelve a insistir con un segundo documento, pese a la resistencia de toda la comunidad educativa a la iniciativa original. La nueva versión ingresó a la Legislatura en la tarde del día viernes, a menos de 24 horas de la masiva movilización en defensa de la universidad pública. Posee un total de 26 artículos –diez más que su antecesor– y se divide en tres partes: la primera se refiere a la formación docente; la segunda, al planeamiento, evaluación y acreditación de la misma; y la última hace hincapié en la conformación de la UniCABA.

Si bien el nuevo proyecto marca una leve distancia del primero y reconoce la continuidad de los Institutos de Formación Docente, al señalar que «la oferta educativa correspondiente a la formación no universitaria de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se brinda» en ellos, no menciona en ningún lugar el respeto a la autonomía de estos institutos. Todo lo contrario. El artículo 9 rompe con esta autonomía, bajo estrictos mecanismos de evaluación y de regulación de la currícula educativa, pero sobre todo en la administración y gestión de recursos de los institutos por parte de la cartera educativa.

Lorena Pokoik, legisladora y vicepresidenta de la comisión de Educación, considera que «el nuevo proyecto habla de la supervivencia de los 29 profesorados pero los somete a una exhaustiva evaluación, cosa que, por lo visto, nunca hicieron en estos 12 años de gestión. Claramente, la intención es aplicar allí el recorte presupuestario para trasladarlo a la nueva institución». Para Pokoik, la iniciativa es contradictoria: «Por un lado, amplía la facultad de la UniCABA, que podría abarcar prácticamente todas las disciplinas. Llama la atención que en un contexto de desfinanciamiento y de crisis universitaria, la Ciudad, que también recorta presupuesto y no ofrece más que un 12% a sus docentes, decida crear una institución totalmente nueva».

Débora Kozak, rectora de la Escuela Normal N° 1 y vicepresidenta del Consejo de Educación Superior de Gestión Estatal, asevera que «el proyecto deja abiertos fuertes interrogantes sobre la actual autonomía de los Institutos respecto del Ministerio. También sobre la evaluación, que tranquilamente podría ser unilateral, de acuerdo al proyecto, porque el rol de la autoevaluación está desdibujado».

Para Manuel Becerra, profesor en secundaria y formación docente y autor del blog fuelapluma.com, el proyecto «pone en peligro el presupuesto del resto de los niveles educativos, y en particular el propiamente destinado a la formación docente, al no especificar de dónde saldrían los recursos para la UniCABA».

«Este nuevo proyecto fue creado junto a la Organización de Estados Iberoamericanos, un organismo que pretende realizar negocios con los posgrados que propone la ley», advierte Juan Deltin, miembro de la Coordinadora de Estudiantes Terciarios, quien adelanta que desconocerán «esta reforma que fue hecha a espaldas de las comunidades educativas».

Para el legislador porteño del FIT e integrante de la Comisión de Educación, Patricio Del Corro, «el nuevo proyecto de Larreta mantiene la esencia del original: intervenir la autonomía de las instituciones formadoras, reducirlas cerrando profesorados o carreras y enfocarlas a las necesidades del mercado». Del Corro subraya un detalle: «Las líneas de continuidad con la Ley de Educación Superior del menemismo son ineludibles. Como herramienta de cierre se valdría de la obligatoriedad de la acreditación que daría una evaluación externa, sin explicitar quién la hace ni los criterios concretos». Su par del mismo espacio político, el legislador Gabriel Solano, coincide en que «la eliminación de la autonomía es un castigo a los institutos que se han movilizado contra el gobierno», y sostiene que el nuevo documento «es peor de lo que pensábamos. Al establecer la creación de la UniCABA en coexistencia con los institutos, en un momento de un fuerte ajuste presupuestario, no hay duda de que irá en detrimento de los institutos, que serán desfinanciados».

Tiempo pudo hablar con el diputado oficialista Maximiliano Ferraro, titular de la Comisión de Educación. Pese a las críticas, señaló que el escrito «es superador del proyecto original y ha sido enriquecido», aunque aclaró que es «un borrador que pone en debate la formación docente, define sus fines y objetivos, y es una reformulación mucho más abarcativa».

Si bien el oficialismo advirtió en varias oportunidades que cuenta con mayoría absoluta para aprobar la UniCABA (lo dijo la propia ministra Soledad Acuña, entrevistada por este diario), sabe que necesita un amplio consenso de la comunidad educativa para llevarla a la práctica una vez que fuera sancionada. Ese acuerdo está cada vez más lejos, si se tiene en cuenta que durante estos nueve meses, docentes, rectores y estudiantes se movilizaron sin descanso para oponerse a la UniCABA. Este martes 4 volverán a marchar a la Legislatura, donde instalarán una gran carpa en defensa de los profesorados. «