Se cumplen 50 años de una de las manifestaciones populares más importantes que ha tenido lugar en nuestro país. Para 1969, el país se encontraba sometido por la feroz dictadura que comandaba el ultraconservador Juan Carlos Onganía. A partir de ese año, recrudeció la acción represiva de la dictadura y las medidas económicas de exclusión generaron un profundo malestar en gran parte de la población. Huelgas y ollas populares se multiplicaron por todo el país.

Indudablemente, la confluencia entre estudiantes y trabajadores, mancomunados por un objetivo común, enfrentar las políticas de ajuste de Onganía, hacen del Cordobazo un hito. Los universitarios reclamaban el cese de la intervención a las universidades, mientras que el Movimiento Obrero exigía el restablecimiento de las negociaciones colectivas y la actualización salarial, suspendida dos años antes por la política económica liberal sostenida por el ministro Krieger Vasena.

Las manifestaciones ocurridas en el Cordobazo debilitaron considerablemente al gobierno de Onganía: miles de obreros y estudiantes se manifestaron por las calles y la policía se vio desbordada.

En esta lucha convergieron dirigentes sindicales de distintas vertientes ideológicas: Agustín Tosco (Luz y Fuerza), Atilio López (UTA) y Elpidio Torres y René Salamanca, ambos de SMATA. El sindicalismo peronista tradicional, el combativo y otros sectores de izquierda se unieron al solo efecto de combatir el ajuste del Onganiato. Con distintos personajes y distintas siglas, la unidad de los trabajadores siempre significó la mejor herramienta de lucha para enfrentar las políticas de ajuste.

Hoy, frente a la convocatoria de un paro que se desarrollará al conmemorarse 50 años del Cordobazo, reafirmamos en forma contundente nuestro compromiso de seguir defendiendo las conquistas que pretenden arrebatarnos quienes confunden modernidad con liquidación de leyes laborales, supresión de convenios colectivos de trabajo y despidos masivos. El paro del 29 de mayo de 2019 recordará esas luchas de hace 50 años en un escenario distinto, dado que si bien hoy estamos frente a un gobierno elegido democráticamente, las políticas antiobreras y el revanchismo de clase se reiteran, lo que otorga a las luchas obreras una enorme vigencia y fundamento. «