La Navidad nunca es un momento sencillo. Y teniendo en cuenta el fantasma de la segunda ola de Covid, tal vez la idea de recluirse un poco no esté nada mal. Si ese es el caso, o si se está en la previa –horas de ansiedad si las hay–, aquí cinco películas que suceden en este lapso tan especial del año. Unas son clásicos, otras no tanto, pero lo determinante es el período en el que transcurren y cómo eluden la solemnidad.

Merece una mención especial, un poco a modo de homenaje, La vida de Brian (1979): allí no se festeja Navidad pero se explica el origen del Cristianismo, condición sine qua non para la existencia de la Navidad, claro. Y también porque le propuso al mundo no tomarse las cosas tan en serio, en especial si eran cosas en las que uno creía.

Rare Exports: A Christmas Tale (Finlandia, 2010)

Como gente a la que le gusta el tango, los fineses tienen imaginación. Jalmari Helander se atreve a descubrirle la cara a Papa Noel. Claro que hay un niño en el medio con su ilusión y todo eso, pero todo empieza por la ciencia, como corresponde a la cultura nórdica: un grupo de científicos que está investigando en el norte de Finlandia la existencia de una misteriosa criatura, está a punto de develar lo que tantas generaciones de niños del mundo quisieron descubrir: la cara de Papa Noel.


Vacaciones de navidad (Estados Unidos, 1989)

Hacía unos días que había caído el Muro de Berlín y pocos imaginaban el mundo que se vendría, pero al menos historias como las de esta tierna y divertida película hacía creer que se podía vivir sin tantas ataduras: después de todo, cada uno tenía su propia cruz que llevar (metáfora válida para la fecha). Aquí al convencional Clark Griswold, movido por un generoso y sentimental espíritu navideño, se le ocurre sorprender a toda su familia con una gran fiesta. En pleno 2020 y con cierta experiencia cinematográfica se sabe qué se puede esperar de semejante intención. Los desastres a ver son un anticipo menor de un clásico por venir: Mi pobre angelito (1990).


De mendigo a millonario (Estados Unidos, 1983)

Tres jóvenes Dan Aykroyd, Eddie Murphy y Jamie Lee Curtis le dan vida a esta comedia surgida de la mano de la creciente ola de meritocracia que a uno y otro lado del océano iban imponiendo Margareth Tatcher y Ronald Reagan. Los dos primeros son los protagonistas/víctimas de una apuesta que consiste en ver quién es mejor en lo ajeno: si el blanco rico Aykroyd (y corredor de bolsa) como pobre, o el pobre negro y estafador de poca monta Murphy en la Bolsa. Ideal para ver en tiempos en los que, pese a todas las muestras en contrario, aún se discute la existencia de la meritocracia.


El origen de los guardianes (Estados Unidos, 2012)

Las dos finales son infantiles. Esta cuenta una historia contemporánea pero que viene de 300 años atrás: ese es el tiempo que el mundo lleva sin ver al malvado Pitch. Es Norte (Santa Claus), de los Guardianes, quien se da cuenta y pone en alerta sobre la amenaza. Así es que aparecen el resto de los Guardianes, quienes a poco de organizarse se dan cuenta de que necesitan la ayuda de un púber humano para poder vencer. Él es Jack Frost, un chico con serias dificultades para hacer amiguitos. Una linda aventura animada para mostrar que la Navidad puede ser feliz, pero que esa felicidad no llega sola.


El extraño mundo de Jack (Estados Unidos, 1993)

Guiado por la nostalgia de una infancia que tal vez no haya sido tan buena como se cree pero que al menos permitía soñar, la película escrita por Tim Burton y dirigida por Henry Selick lleva a ese territorio desconocido al que siempre invitaba la niñez: hacerse de amigos apenas dé la ocasión. Así, el señor Jack Skellington, decidido a mejorar la Navidad, entra en colisión con la tradición, que incluye el secuestro de Santa Claus y otros cambios macabros. Sólo la empatía de ciertos infantes (de edad o no) lo salvará del bochorno total, y al resto de la humanidad de la desesperación que le provoca lo distinto.