La última mañana que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pasó por Buenos Aires, se tomó un tiempo para correr inadvertido por el barrio de Recoleta, antes de encabezar uno de los destinos finales de su visita oficial a la Argentina: ofrecer una conferencia sobre la relación entre ambos países en el Hotel Alvear Palace. A escasas cinco cuadras de donde un periodista del diario La Nación registró al mandatario corriendo, sutilmente acompañado por un grupo de runners que, sin dudas, formaban parte de su custodia.

Gracias a la cercanía no tuvo que cruzar una ciudad que estuvo atravesada por protestas y conflictos que la hicieron intransitable. Poco antes de las 11 de la mañana el mandatario llegó con toda su comitiva al Hotel. Casi a la misma hora, en el Lobby Bar de la planta baja, el empresario y magnate Nicolás Caputo tuvo por un instante una coincidencia con Rajoy. También pretendía pasar inadvertido, pero para una reunión privada, hasta que algunos periodistas notaron su presencia. «Nicky», el amigo personal y ex socio del presidente Mauricio Macri, dijo que desconocía por completo la existencia del evento y se fue por la misma puerta por donde su compañero de la primaria estaba por llegar.

El gesto para despedirse del invitado español comenzó tal como lo habían previsto la Fundación Libertad, con sede en Rosario, que mantiene una estrecha relación partidaria con el PRO, y el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI), presidido por el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, que le entregó al invitado el diploma del CARI de miembro honorario, un premio entregado a presidentes como Bill Clinton y Nelson Mandela.

Cerca y lejos del Alvear. Así como el martes estuvo dedicado a la agenda económica, este miércoles hizo foco en la política. «Los que creemos que globalización y desarrollo sostenido no son contradictorios sino complementarios tenemos que unirnos y dar respuestas convincentes a aquellos que sienten que su bienestar o su identidad están amenazados en un mundo más competitivo. Caso contrario, el orden democrático de libertades en el que muchos creemos firmemente corre serios riesgos ante la proliferación de movimientos populistas y nacionalistas que, prometiendo cínicamente lo imposible, se aprovechan del desasosiego», leyó el mandatario y ponderó que «en este contexto de expresiones populistas, América Latina se ha vacunado de muchos de estos males».

Rajoy transita su segundo mandato como presidente, lugar que ocupa desde 2011. Pretende pelear una tercera oportunidad, y es considerado uno de los políticos de ese país que más tiempo llevan en el poder después del dictador Francisco Franco. El titular del conservador Partido Popular tuvo varios cargos dentro del Gabinete del ex presidente José María Aznar, amigo de Macri y titular de la Fundación FAES, que realizó seminarios internacionales en la Legislatura Porteña, con el apoyo del PRO y la Fundación Pensar. Cuando regrese a Madrid, el actual mandatario español se encontrará con un escenario político complejo, atravesado por el conflicto separatista de Cataluña y por el crecimiento de Podemos, el movimiento de centroizquierda que podría complicar la continuidad del PP en distintos distritos. Sin mencionarlos, Rajoy pareció hablarles cuando buscó remarcar la agenda ideológica que comparte con Macri.

Señales para Caracas. Además de remarcar la insistencia española en un acuerdo Mercosur – Unión Europea, el español sostuvo que la agenda internacional también es clave. Fue la ventana para hablar exclusivamente de Venezuela. «Procuramos actuar siempre desde el respeto y desde el dialogo, en la defensa de la democracia y no puedo dejar de expresar nuestra preocupación compartida por el grave deterioro de la situación política, económica y humanitaria en Venezuela. Ambos gobiernos actuamos en plena sintonía y coincidimos en la necesidad de devolver la palabra al pueblo venezolano mediante elecciones creíbles, transparentes y legítimas, respetando el derecho de todas las formaciones políticas y todos los candidatos y sujetas a una observación internacional calificada».

Antes de cerrar, Rajoy citó a Macri y pidió que la cumbre del G-20, que se realizará en noviembre de este año en Buenos Aires, «ponga las necesidades de la gente en primer plano», porque «algunos parecen empeñados en imponer mitos nacionalistas e ideas populistas trasnochadas y viejas a las necesidades de la gente».

En la conferencia, y también en la reunión de Macri con Rajoy, participó el rosarino Gerardo Bongiovanni, presidente de la Fundación Libertad, una ONG partidaria del PRO que se define como “una entidad privada sin fines de lucro creada en marzo de 1988, cuyo objetivo es la investigación y difusión de temas de políticas públicas», que desarrolla «su actividad con el apoyo de más de 350 empresas privadas”. Así como esa fundación cultiva estrechos lazos con el aparato diplomático de los Estados Unidos, también los mantiene con España y ahora con el gobierno de Cambiemos. Una muestra de ese vínculo lo mencionó Bongiovanni durante su breve discurso, cuando contó que había participado de la comitiva oficial argentina que encabezó Macri en Madrid en febrero de 2017.