El presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, fue secuestrado esta mañana en la autopista Caracas-La Guaira, cuando se dirigía en automóvil desde la capital hacia el vecino estado Vargas, para intervenir en un acto político. La primera noticia del hecho fue la denuncia de la esposa del dirigente derechista, Fabiana Rosales, que lo acompañaba en ese momento.

Inmediatamente se viralizó en las redes sociales un video filmado por un automovilista en el que se ve que hombres encapuchados y con armas largas, que se desplazaban en dos vehículos, encierran a un auto, lo obligan a frenar, le abren las puertas y sacan a la fuerza a uno de los pasajeros.

Aunque no llegan a verse las caras, referentes opositores aseguraron que se trata del coche que llevaba a Guaidó a un “cabildo abierto”  en contra del gobierno de Nicolás Maduro.

Poco después, cuando de manera simultánea se multiplicaban las reacciones internas y externas de repudio al incidente -entre ellas, las de las cancillerías de la Argentina, Chile, Costa Rica y Perú-, Guaidó había sido liberado y reanudado su viaje a Caraballeda.

“Me secuestraron, estuvimos en un carro, me pude zafar del secuestro porque hay gente que cree en Venezuela. Trataron de ponerme unas esposas, no lo permití porque soy el presidente de la AN, porque represento a un poder legítimo”, relató Guaidó más tarde.

El ministro de Comunicación e Información del gobierno de Nicolás Maduro, Jorge Rodríguez, brindó entonces una conferencia de prensa y explicó que “un grupo de funcionarios, actuando de manera unilateral, realizaron un procedimiento irregular en contra del diputado Juan Guaidó. Esos funcionarios que se prestaron a este hecho contra el normal desenvolvimiento de la vida en la República están en este momento siendo destituidos y sometidos al procedimiento disciplinario más estricto”, agregó.

Sin embargo, Guaidó puso en duda la versión oficial al asegurar que quienes lo retuvieron le dijeron que estaban cumpliendo una “orden” pero que “no sabían qué estaban haciendo”.

Siguiendo con la consecuencia llamativa de los hechos, el propio Guaidó, luego del supuesto secuestro, llegó dos horas más tarde de lo previsto al acto político opositor.