El punto de partida de este emprendimiento lo dio Hugo Chávez en 2006, cuando visitó a Mijail Kalashnikov, el legendario creador del fusil que lleva su apellido y que simbolizó la lucha de muchos pueblos por su liberación en tiempos de la Guerra Fría. Luego estuvo en la fábrica de la que fue el arma preferida de grupos insurgentes de todas las pelambres y hasta de marginales. Incluso fue celebrada a su manera en el tema más popular del filme Underground, compuesto por el bosnio Goran Bregovic, que habla de la guerra balcánica de los 90 que destruyó a Yugoslavia. El caso es que ahora la firma rusa  Rosoboronexport anunció que el clásico Kalashnikov será producido en Venezuela desde 2019, en otro desafío a la supremacía estadounidense en el país bolivariano y en la región.

Las relaciones ruso venezolanas forman parte de un esquema geopolítico que Chávez puso en marcha desde que llegó al poder y se fue profundizando a medida que el gobierno de su sucesor, Nicolás Maduro, fue padeciendo el embate desde la Casa Blanca primero de Barack Obama y luego de Donald Trump.

El juego de guiños entre Vladmir Putin y Maduro incluye el acuerdo del venezolano con el ruso para una baja en la producción de petróleo, en 2016, para que aumente el precio del crudo luego de varios meses de peligroso descenso del costo del barril. Rusia no forma parte de la OPEP a pesar de ser un fuerte productor, sufría también por la baja de la cotización y la coordinación permitió un consenso favorable dentro de la organización creada en los años 70 y que integran los países árabes y el país latinoamericano.

Un año más tarde, Putin devolvió la gentileza y salió en ayuda de la petrolera estatal PDVSA mediante un crédito de la Ronsneft que implicó un cambio de mano en parte de las acciones de CITGO como garantía (Ver acá)

En el marco del bloqueo comercial que comenzó Obama y continuó Trump, Venezuela y Rusia también están hermanadas, de manera que ya en enero habían lanzando cada uno por su lado el proyecto para crear una criptomoneda que sirviera para esquivar el cerco en torno al dólar que asfixia el comercio con el mundo de ambos países. Caracas lanzó el Petro, que ahora sirve de espalda para el bolívar soberano que comenzó a rodar este lunes. (Ver aca)

Mientras tanto iba avanzando lentamente el proyecto esbozado durante el gobierno de Chávez. Y las Fuerzas Armadas de ese país avanzaban en una suerte de reconversión adquiriendo material bélico en Rusia, como la compra de aviones Sukhói Superjet S-100 y MC-21-300. En ese período Venezuela también adquirió 100 mil rifles Kaláshnikov AK-103 por un total de 5 mil millones de dólares.Tal como informó la agencia de noticias Sputnik, el año que viene se abrirá un centro de mantenimiento de helicópteros en Venezuela.

 «La planta de armas de tiro – señaló el director general de Rosoboronexport, Alexander Mijeev, en relación a los fusiles- se pondrá en marcha en 2019”. Lo mismo había asegurado Wilmar Castro Soteldo, actual ministro de Producción Agrícola y Tierras y negociador del acuerdo en 2017.

El más famoso de los productos que ahora comercializa la firma rusa fue creación de un oficial del Ejército Rojo, Mijail Kalashnikov, que mientras se recuperaba de heridas recibidas en combate durante la llamada Guerra Patria contra el nazismo, en 1944, pergeñó el diseño de un arma liviana de asalto que tuviera dos ventajas fundamentales sobre todo lo existente: que no se trabara en el fragor de una batalla y que tuviera gran capacidad de tiro y eficacia.

El sistema de recarga permitía justamente que el portador pudiera mantener precisión entre tiro y tiro. El secreto estaba en la reutilización de los gases de la explosión, pero también tenía lo suyo el sistema de cargador curvo, que los narcotraficantes mexicanos bautizaron Cuerno de Chivo.

El fusil se podía usar en la arena o bajo la lluvia y toleraba la inmersión, lo que contribuyó a convertirla en el arma preferida de idealistas tanto como de pragmáticos comerciantes de la muerte. Era tan sencillo de maniobrar y de ensamblar que lo podía manejar un niño.  Y hay testimonios de que los soldados estadounidenses trataban de conseguir una a como diera lugar para no tener que usar el M16 provisto por el Pentágono, que solía  fallar cuando más se lo necesitaba.

La sigla del primero de estos artilugios, AK-47, era por Avtomat Kalashnikov y el año en que se comenzó a fabricar en serie en la Unión Soviética, 1947. Esta especie de “Escarabajo Volkswagen” de la Infantería, que podía disparar 600 proyectiles por minuto y pesaba apenas 4,3 kilos, se dejó de fabricar en 1978.

Pero la marca siguió su camino incluso tras la muerte del creador, en 2013, a los 94 años. Sus descendientes no pueden gozar de los beneficios de los derechos de la patente, ya que Mijail los había donado a la URSS. Era lo que correspondía a un patriota.

Venezuela no es el único país donde será fabricado el legendario fusil de asalto. Armenia producirá en breve el  AK-12 y AK-15, dos versiones modernizadas del legendario Kalashnikov, confirmó el portavoz del Ministerio de Defensa armenio, Artsrún Ovanisián en su página de Facebook.

Rusia y Arabia Saudita firmaron un convenio para elaborar el arma en el Reino del Golfo mediante una licencia de Rosoboronexport a la Saudi Arabian Military Industries (SAMI). El acuerdo fue firmado por el rey Salman durante su gira por Moscú en junio pasado en el que, además, acordó la compra del sistema de defensa aéreo misilístico S-400.

Pero en el caso de Rusia y Venezuela, el acuerdo va más allá de la producción local y la expansión de negocios de una empresa. El tema de fondo es la delicada situación por la que atraviesa el país caribeño a raíz de las sanciones económicas, y el acoso de los nuevos gobiernos fronterizos, como el de Michel Temer en Brasil y ahora de Iván Duque en Colombia. 

Todo agravado por declaraciones Trump en las que llegó a proponer una invasión militar y de los planes conocidos en tal sentido (Ver acá). De ahí las palabras del embajador ruso en Caracas, Vladimir Zaemsky, quien consideró que esa amenaza podría llegar a ser real. Y recordó que Washington anuncia desde hace un par de años -ya con Obama- el regreso de la Doctrina Monroe, y que vuelve a pensar en la región como su patio trasero.

Para luchar contra una invasión semejante, quizás el Kalashnikov sea la mejor opción, como lo fue en la jungla vietrnamita.