Victoria Aguirre está presa desde enero de 2015 en la provincia de Misiones. La justicia la acusa de «dejar morir» a su hija Selene, de 2 años y 5 meses. La mujer desde la cárcel denuncia que su marido, Rolando Emilio Lovera, «es un violento que golpeaba a la beba y a ella.» Los médicos detectaron rastros de violencia ejercida en el cuerpo de la pequeña previo a que le provocaran la muerte por politraumatismo de cráneo.

Este terrible hecho sucedió la madrugada del 29 de enero de 2015, cuando Victoria llegó con su hija Selene en brazos a la guardia del Hospital Samic de Oberá. La beba murió mientras esperaba ser atendida por los médicos. 

La mujer denunció que ella y su beba eran víctimas de los golpes de Lovera. Sin embargo, el Poder Judicial decidió ponerla tras las rejas. El violento  Lovera también permanece detenido.

Ella está acusada de «homicidio agravado por el vínculo», una carátula que prevé una condena a perpetua. Mientras que Lovera, está imputado por «homicidio simple», el cual el Código Penal condena con la pena de 8 años.

La criminalización en perjuicio de Victoria recorrió el país tejiendo las mentes de quienes integran los movimientos feministas, que en los próximos días realizarán una audiencia pública en el Congreso Nacional para visibilizar este hecho de violencia de género.

«La beba fue víctima de un femicidio y su madre de la violencia machista. Desde el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans de la Argentina exigimos la inmediata libertad, absolución para Victoria, y la pena máxima para Lovera. Este martes realizaremos una audiencia pública en el Congreso Nacional para visibilizar eta situación», reclama Pamela, activista feminista.

El crudo relato de Victoria no significó nada para la justicia. Ella denunció que su pareja la tenía amenazada. «No te muevas o te la mato, calláte o te la mato, cogé o te la mato», fueron las palabras. El alarido de la mujer que sufre llegó a los oídos de quienes militan.

«No vamos a parar hasta que la dejen libre, la absuelvan, y condenen a Lovera. Este caso, como muchos, deja al descubierto que vivimos en una sociedad cada vez más violenta e injusta, en la cual estamos condenadas al sufrimiento, a ser víctimas del femicidio. La justica forma parte del engranaje de corrupción que nos asesina a diario», finaliza Pamela.

Antecedentes: En la provincia de Córdoba, Mayra Gosteli y Romina Rosas, fueron condenadas a prisión perpetua. Sus maridos las golpearon a ellas y sus hijos hasta matar a los pequeños. Sin embargo, la justicia las consideró culpables.