Hace más de dos meses que Edesur le corta sistemáticamente la luz a los habitantes de las villas 21-24 y Zavaleta, casi siempre desde las 15 hasta pasadas las 23. Ochenta mil personas quedan sin servicio eléctrico durante gran parte del día. La situación agobiante y la precariedad de las instalaciones, con una postergada urbanización, trajeron otras consecuencias: todas las semanas se incendian al menos cuatro casas. Esta última fue la peor, con once. La mayoría, por el uso de velas.
«Es terrible: ya van más de dos meses y medio que Edesur corta la luz. Es una desidia total. Y no nos responden», aseguró el presidente de la junta vecinal, Cristian Heredia. Hay 16 cámaras energéticas que no funcionan en la Ciudad. Tres de ellas, las que deben dar suministro a la villa, están quemadas.
«El sistema está armado para que la empresa provea el servicio eléctrico hasta la puerta de la villa. Hacia adentro es responsabilidad del gobierno porteño, que de hecho es su cliente. A fin de mes paga la factura por toda la villa porque no es un barrio formal, a pesar de que sus habitantes piden pagar ellos», sostuvo Federico Berardi, director de Villas de la Defensoría del Pueblo porteña, donde existe desde 2014 una Mesa de Trabajo por Riesgo Eléctrico. La 21-24 tiene una causa judicial por este tema hace más de cuatro años. Tres semanas atrás, en esa Mesa, la empresa sostuvo que no son cortes sistemáticos, que ocurren cuando hay sobredemanda de la villa. «Es mentira. Son cortes programados, todos los días. Nos dijeron que el cable de media tensión podía reventarse, y que la Comuna 4 entera se quede sin luz. Entonces preferían cortarnos a nosotros solos. Ahí se ve en qué nivel de ciudadanos nos consideran», exclama Heredia.
Edesur advirtió que no va a arreglar los transformadores cuando cae el sol, por temor a la inseguridad. La precariedad y lo oscuro dieron paso a los incendios. Esta semana fueron once casas. Entre ellas, el hogar del propio Heredia. El más afectado es el sector San Blas, en el camino de sirga. Por un dictamen de la Corte sobre el Riachuelo, esas familias ya debían estar relocalizadas por el gobierno porteño.
También habló el asesor tutelar ante la Cámara, Gustavo Moreno: «Es discriminación absoluta, porque solamente cortan en la villa. Hace muchísimo frío y hay comedores que pierden la comida.» «