La autoridad aeroportuaria de Hong Kong suspendió por segundo día consecutivo todos los vuelos en esa estación aérea porque cientos de manifestantes ocuparon la zona de facturación de la terminal. El aeropuerto había reanudado sus actividades pocas horas antes luego de haber finalizado un bloqueo previo.

La autoridad aeroportuaria confirmó en un nuevo aviso que se cancelarían todos los vuelos que no hubiesen completado el proceso de facturación antes de las 16.30 (hora local). Además, solo dejaron aterrizar los aviones que ya están en ruta, según la agencia de noticias alemana dpa.

Con la de este martes ya son cinco las jornadas consecutivas de protestas en el aeropuerto. «Estamos intentando detener los vuelos y, como ayer, bloqueamos toda la zona de salida para que quien quiera irse de Hong Kong no pueda hacerlo», ha explicado uno de los manifestantes, Joshua Wong, en declaraciones a la agencia alemana.

El aeropuerto de Hong Kong se convirtió en el principal centro de las protestas contra el gobierno de Carrie Lam, quien a principios de junio había aprobado una ley que autorizaba la extradición de sospechosos a países con los que no había un tratado específico, como es el caso de China continental.

La normativa se había promovido para el caso de un hombre acusado de femicidio en Taiwán, pero para sectores políticos de la oposición iniciaron protestas tras considerar que permitiría extraditar a disidentes del gobierno chino que se refugien en Hong Kong. Tras las primeras manifestaciones, el gobierno suspendió la ley de extradición, aunque ahora el reclamo popular es por la renuncia

El enclave fue tomado por el imperio británico tras la guerra del opio en el siglo XIX pero luego de pacientes negociaciones con Beijing se firmó un acuerdo por el cual en 1997 el Reino Unido se retiró del gobierno. El tratado contempla la existencia de “un país dos sistemas”. En 2047 Hong Kong pasará definitivamente al control chino.

Sin embargo, sectores muy influyentes de ese territorio rechazan la incorporación a China. Para las autoridades de Beijing, muchos de esos grupos son sustentados por Estados Unidos. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Hua Chunying, pidió a Washington que deje de interferir en la crisis de Hong Kong. Una semana antes, el director de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado, Zhang Xiaoming, se quejó de que luego de que la ordenanza fue dejada de lado, ahora las protestas tienen las características de una «revolución de color».

“La parte estadounidense ha hecho con frecuencia declaraciones irresponsables sobre los asuntos de Hong Kong, lo que ha confundido lo blanco con lo negro e incitado a problemas”, insistió Hua. “Hay políticos de peso y funcionarios diplomáticos de Estados Unidos que han interactuado con los alborotadores y acusado injustamente al gobierno central chino, están instigando la violencia y actos ilegales que ponen en riesgo la prosperidad y estabilidad de Hong Kong”, agregó.

Como consecuencia de las manifestaciones, la policía reprimió con dureza, lo que provocó el rechazo de distintos gobierno, incluido el de Donald Trump, que dijo que esperaba “que no hubiera muertos”.

La chilena Michelle Bachelet, titular de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), por otro lado, instó a las autoridades a investigar «el uso desproporcionado de la fuerza» por parte de los agentes policiales en las protestas.