La mesa de los martes se hizo un jueves por la noche. En Casa Rosada el presidente Alberto Fernández recibió al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al ministro de Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, al presidente de la cámara de Diputados, Sergio Massa, y al titular de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner. Inflación, las PASO y el plan de vacunación fueron los tres ejes del encuentro.

Según pudo saber Tiempo, el primer tema fue el plan de vacunación. Una fuente cercana a los cinco participantes aseguró que el gobierno está en tratativas con un laboratorio chino que no es Sinopharm para avanzar en la incorporación de más vacunas. Si bien todavía no se dio a conocer el nombre, el acuerdo está en un estado avanzado.

El otro punto a trabajar fue el cronograma electoral. En particular, se evaluó qué hacer con las PASO, tema en el que los distintos sectores que integran la coalición de gobierno no se terminan de poner de acuerdo. Según pudo saber Tiempo, se analizaron tres opciones. El primer escenario que se evaluó es una suspensión definitiva, pero no tuvo consenso porque hay sectores del Frente de Todos que sí están de acuerdo con dirimir la competencia entre candidatas o candidatos a través de las internas abiertas. Además, no quieren que se imponga un criterio fiscalista que cuestione el gasto del funcionamiento de los mecanismos de la democracia.

Otra de las opciones es correr para adelante las fechas del calendario electoral. Se evalúa que se puedan realizar las PASO el último domingo de septiembre y las generales para noviembre. Este miércoles el ministro de Salud, Ginés González García, aseguró que un escenario posible en el que se pueda alcanzar la inmunidad de rebaño gracias a la vacunación masiva será para fines de junio. Ese dato es clave para evaluar la postergación y evitar que la circulación de personas habilitadas para votar provoque más contagios.

Un tercer escenario que se tiró sobre esa mesa chica de gobierno fue la unificación de las fechas de las PASO y las generales, aunque no se sabe cuál sería el mecanismo para concretarlo.

El tercer tema y el más importante fue la evaluación de herramientas de control de precios para cumplir con el objetivo que se propuso el gobierno de que los salarios le ganen a la inflación. Esta semana, los ministros del área económica salieron a asegurar que ese objetivo será central y apuestan a las mesas sectoriales de diálogo. Sin embargo, la inflación de enero que ronda el 4% dio cuenta de las limitaciones de esos encuentros por sector.

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Por lo pronto, la mesa chica del gobierno volvió a funcionar en las oficinas de la Rosada. Seguirá en funciones en medio del año electoral, la primera evaluación popular de la gestión Fernández, en medio de la escalada inflacionaria.