A las 19:10, en Avellaneda, con el choque entre Independiente y River vuelve el fútbol argentino. Y eso es noticia. No sólo porque estuvo en duda que la Superliga se reanude durante los últimos diez días, también por lo particular de su arranque: del 19 de enero al 8 de marzo, en siete fechas, se definirá el ganador de un campeonato en el que hoy aparecen 13 equipos con chances. Es que desde el líder Argentinos hasta el 13° Estudiantes sólo hay seis puntos de diferencia.

Ya no hay torneos de verano, apenas un puñado de amistosos variados en San Juan, por donde pasaron Boca, Racing, Talleres, San Lorenzo y Huracán. La competencia oficial arranca temprano en el año. Pero no es lo único que cambió: por el contexto económico y la suba del dólar el mercado de pases estuvo muy calmo y los clubes debieron recurrir al ingenio. Así, las incorporaciones que más ruido generaron son futbolistas que tienen más peso por su cartel que por su presente.

Javier Mascherano, a los 35 años, llegó a Estudiantes proveniente de China. Daniel Osvaldo, que se había retirado hace tres años y medio luego de que Guillermo lo echara de Boca por fumar un cigarrillo en el vestuario, jugará en Banfield. Ricardo Centurión, que después de su escandalosa salida de Racing le siguió otro polémico paso por Atlético San Luis de México, pasará a Vélez. La Academia, en tanto, trajo un jugador del Manchester City: el juvenil Benjamín Garré, de 19 años, que aún no debutó en Primera. Colón apostó por Brian Fernández, de 25 años, quien quedó libre en Estados Unidos, luego de el Portland Timbers anunciara un mes antes que había dispuesto para el delantero un programa por abuso de sustancias, un problema que el santafesino arrastra desde que dio positivo en un control de 2015.

Son las incorporaciones de un fútbol argentino que encuentra su encanto en la competitividad: 13 equipos reanudarán el torneo con el sueño de ser campeón. Si River vence hoy a Independiente, alcanzará la línea de Argentinos en la cima de la tabla. Puede ser el primer paso para que Marcelo Gallardo levante el único trofeo que le falta a su exitoso ciclo de cinco años y medio. «No es una materia pendiente ganar un campeonato local, sí es un deseo porque estamos sólo a ocho partidos, pero lo gana uno solo. Si nosotros estamos bien, si nos enchufamos y nos lo ponemos como objetivo, sé que tenemos grandes posibilidades», aseguró Gallardo en la previa. El novato entrenador del Bicho, Diego Dabove, busca un mensaje más austero: «Nosotros nos armamos para el tema del promedio, pero ahora estamos en esta situación y nos tenemos que hacer cargo porque el hincha lo exige. El mejor equipo de la Argentina es River, pero podemos ser los campeones».

En materia de entrenadores, los clubes que tuvieron que hacer cambios en el banco de suplentes también debieron recurrir a la creatividad. Boca, por caso, decidió contratar a Miguel Ángel Russo, que venía de ser despedido en Cerro Porteño, de Paraguay, por malos resultados. Y Racing se la jugó por Sebastián Beccacece, que un puñado de meses atrás fue cesanteado nada menos que en Independiente. Los dos intentarán pelear por el título.  «Los equipos que venían bien antes del receso ahora pueden caerse y los otros empezar a levantar, por eso insisto en que este es otro torneo, un torneo corto de siete fechas», opinó Russo. Para Beccacece, están para «pelear por todo»: «Es un torneo que mostró irregularidad. Había equipos que estaban lejos y se vieron con posibilidades. Veremos cómo es nuestro arranque. Es Racing positivo y vamos a intentar dar la pelea».

El Gimnasia de Maradona quedó muy lejos en el campeonato: su lucha es por otra tabla, la de promedios que le permita evitar el descenso. El Lobo es el equipo que más se reforzó en este mercado de pases estival: sumó al ex Racing Maxi Cuadra, al mundialista Lucas Barrios, al arquero Jorge «Fatura» Broun, al habilidoso Matías Pérez García y a los colombianos Jonathan Agudelo y Harrison Mansilla, mientras espera para cerrar detalles con el zaguero de Boca Paolo Goltz. Maradona, se sabe, siempre es una excepción.

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(Foto: Prensa GELP)

El torneo de 30 equipos que se jugó en 2015 descompaginó el calendario del fútbol argentino. Este verano se habló más de fechas que de goles, refuerzos o gambetas: la AFA y los clubes patalearon porque pierden a algunos de sus futbolistas convocados al torneo Preolímpico sub 23 que se jugará en Colombia, hasta el 9 de febrero. Que hoy sean 24 los equipos en Primera hace que la competencia oficial se reanude antes de las fechas tradiciones para que luego se pueda jugar la Copa de la Superliga. No hay torneos de verano, algo que se había vuelto una tradición de más de 50 años y que entregó momentos emblemáticos: desde la chilena de Francescoli en un 5-4 entre River y Polonia, hasta el insólito abrazo en el festejo de gol de Ariel Carreño a un juez de línea en un superclásico, pasando por la protesta de los jugadores de Independiente, que decidieron irse de la cancha luego de que Javier Castrilli cobrara un polémico penal. En el amanecer de 2020, ya habrá fútbol oficial, por los puntos: esos que determinarán en sólo ocho semanas cuál de los 13 equipos con chances será el campeón.