El fallecimiento de Carlos Ariel Corvera, de 25 años, elevó a nueve la cantidad de muertos por el incendio en el sector de calabozos de la comisaría Tercera de Esteban Echeverría, ubicada en Transradio, ocurrida el 15 de noviembre pasado. Así lo informó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que catalogó el episodio como la más grande “masacre” en una comisaría ocurrida en el país. 

Corvera agonizó durante doce días en el hospital de Ezeiza, donde estaba internado. La CPM informó que murió esta mañana producto del incendio ocurrido en esa seccional policial en el marco de un reclamo de los 27 detenidos en el sector de calabozos que la justicia de Lomas de Zamora había clausurado. 

Su muerte se sumó a las de Juan Carlos Fernández, de 31 años y padre de cuatro hijos, Walter Barrios (21), Elías Soto (20) y Miguel Ángel Sánchez (31), fallecidos luego del incendio, y de Jeremías Rodríguez (19), Jorge Ramírez (30), Eduardo Ocampo (60) y Juan Lavarda (59), quienes fallecieron en los calabozos.

En un comunicado, la Comisión por la Memoria, que acompaña y patrocina a los familiares de las víctimas, informó que fueron aceptados este martes como particulares damnificados por el juzgado de garantías N 2 de Lomas de Zamora descentralizado en Esteban Echeverría, a cargo del juez Javier Maffucci Moore.

Al producirse el incendio, Corvera llevaba tres semanas preso por intentar robar una cortadora de césped. El TOC N10 de Lomas de Zamora le concedió la internación recientemente, mientras estaba internado. 

La CPM pidió avanzar con el establecimiento de las responsabilidades @de los efectivos y autoridades de la Comisaría 3° así como de los funcionarios policiales de la departamental y funcionarios  políticos  y judiciales”. 

Además, exigieron investigar las responsabilidades por “la ilegalidad del alojamiento de detenidos en esa comisaría clausurada por orden judicial”, y advirtieron que el Estado provincial y la justicia siguen sin dar respuesta ni contención a los familiares.

El incendio 

El incendio se produjo en la madrugada del jueves 15 de noviembre pasado en el marco de una protesta de los detenidos en reclamo de mejores condiciones de detención. 

La versión oficial, que hicieron circular ese mismo día los voceros del Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, aseguraba que todo comenzó cuando un efectivo policial de la guardia descubrió a dos presos forzando una reja para escapar. Ese hallazgo –siempre según la versión policial- derivó en un “motín”, en el que los presos prendieron fuego en las celdas provocando una tragedia.

Sin embargo, la versión del organismo de derechos humanos provincial difiere. Según los testimonios que recolectó entre los detenidos sobrevivientes no hubo “ni intento de fuga ni de motín”, aseguraron. 

La CPM informó que los relatos coinciden en que la policía cortó la luz en los calabozos cuando un grupo de detenidos se negó a apagar la música, y que esa decisión, sumada a las degradantes condiciones de alojamiento –como la falta de colchones–, derivó en una protesta con fuego por parte de los detenidos. Entonces, los efectivos deliberadamente cerraron el suministro de agua a los calabozos que habría evitado las muertes.