El endeudamiento de YPF se aceleró en el último año, al punto de superar por primera vez su valor de mercado, lo que abre un debate acerca de la sustentabilidad de esta vía para el futuro de la empresa.

Según el último balance de YPF, al cierre de 2016 los pasivos sumaban $ 154.345 millones, lo que equivale a alrededor de U$S 9700 millones. Medida en dólares, la deuda de YPF creció a un ritmo de unos 121,8 millones mensuales promedio para los 55 meses transcurridos desde la toma del control por parte del Estado, en abril de 2012. Ese nivel de endeudamiento pasó a ser de 141 millones de dólares mensuales desde enero de 2016, es decir un 16% más.

De los U$S 6700 millones de deuda tomados por YPF desde abril de 2012, el 75% corresponde a la gestión estatal bajo el gobierno de Cristina Fernández, mientras que el 25% restante es responsabilidad de la actual administración de Cambiemos.

En el balance de 2016, la empresa dirigida por Miguel Ángel Gutiérrez (presidente del directorio) y Ricardo Darré (gerente general) detalla que en ese año la firma petrolera emitió siete nuevas series de Obligaciones Negociables por un total de 13.300 millones de pesos, 1000 millones de dólares y 300 millones de francos suizos. «De este modo, la deuda total expresada en dólares alcanzó los U$S 9700 millones», explica el informe.

Una manera de medir el nivel de endeudamiento de una empresa y el grado de sustentabilidad que tiene es comparar los pasivos con el Ebitda (que es el nivel de ganancias de la empresa antes del pago de impuestos e intereses, además de los descuentos por amortizaciones y depreciaciones). Esa relación arroja en el caso de YPF un nivel de 2,04 veces.

Pero para la calificadora de riesgo Fix Scr, nombre local de Fitch Ratings, esa relación es de 2,3 veces. Pero lo que es más notable, Fix asegura que la capacidad de pago de intereses de YPF se ha ido deteriorando con el tiempo: en 2011, el Ebitda superaba en 13,6 veces a los intereses financieros brutos. en 2013 era de 9,3 veces y en 2016 fue de apenas 3,4 veces.

En ello tiene que ver el alto costo que YPF paga por sus préstamos. Según el balance 2016: «El costo promedio de la deuda nominada en pesos al cierre del ejercicio 2016 fue de 27,74%, mientras que el costo promedio de la deuda nominada en dólares y francos suizos fue de 7,79% y 3,75% respectivamente».

Las tasas que paga YPF están vinculadas a las que paga la Argentina: en tanto que el Estado es el socio mayoritario, los prestamistas consideran que sus riesgos son la devaluación del peso y el exceso de inflación. Tanto Fix como Moody’s, la otra firma que califica la deuda de YPF, advierten en sus informes sobre ambos peligros.

En tanto, el viernes 7 la acción de YPF cotizó a $389 (equivalente a U$S 24,6) lo que multiplicado por el total de acciones (poco más de 393 millones) arroja un valor de empresa total cercano a los U$S 9686 millones, por debajo de la deuda de U$S 9700 millones.

En este cuadro, un alza de las tasas de interés en EEUU o una devaluación del peso son amenazas de fuste para la primera empresa argentina. «

Más acuerdos por Vaca Muerta

YPF no solo firmó un controvertido acuerdo con Chevron para la explotación de Vaca Muerta, en Neuquén. Tras ese compromiso, estampó su firma en convenios con las multinacionales Dow, Petronas, Sinopec y Shell, en los cuales se establecieron distintos niveles de asociación para la inversión en exploración y explotación de petróleo y gas en ese yacimiento de hidrocarburos no convencionales patagónico. El tema es que en ninguno de estos últimos casos ha trascendido el tenor de esos convenios.