La ciudad de Zagreb está a casi 12 kilómetros de Buenos Aires. Siete meses atrás –solo siete- Juan Martín del Potro, Federico Delbonis, Leonardo Mayer y Guido Pella levantaban en Croacia la Copa Davis por primera vez en la historia del tenis argentino. La imagen –la más esperada después de perder cuatro finales– recorrió el mundo. Un año después de ser campeón de la Davis, Novak Djokovic alcanzó el número uno del mundo. «La Davis me potenció», explicó. Pero, salvando las distancias lógicas de los nombres propios, los cuatro campeones argentinos no lograron capitalizar la confianza y la fuerza que les dio ganar la Ensaladera. 

Si bien siempre se analiza el presente de Del Potro, que se bajó de Queen’s, porque volvió a tener una molestia física, hay también otras historias: el resto de los integrantes campeones de la Davis tuvieron hasta acá un 2017 muy bajo y tanto Delbonis, como Mayer y Pella, están afuera del Top 100 luchando por recuperarse en la segunda parte de la temporada. «Haber obtenido semejante logro me sobrepasó en todos los sentidos», confesó Pella a comienzos del año. Así se sintió: un poco avasallado, con pocos días de vacaciones y una pretemporada muy corta. Todo ese combo quizás le jugó en contra. Pella, con 27 años, está 112º del mundo (su mejor ranking fue 39º el año pasado) y con un récord ATP negativo: nueve victorias y diez derrotas. Si bien levantó su juego en las últimas semanas, perdió en la primera ronda de Roland Garros ante Del Potro (31º del mundo) y sus mejores actuaciones fueron la final del ATP 250 de Munich (cayó ante Alexander Zverev, 20º del mundo) y la tercera ronda en Miami. En Australia, perdió en primera ronda contra Roberto Bautista Agut. Y ni siquiera pudo rendir en la Davis: este año, ante Italia, perdió sus dos singles ante Fabio Fognini y Paolo Lorenzi.

El año para Delbonis no fue muy distinto. «Voy a utilizar esta derrota para frenar un poco, parar la pelota después de todo lo que vivimos», decía cuando arrancó la temporada perdiendo en la primera ronda en el Abierto de Australia. A los 26 años, está 109º del mundo y tuvo su mejor ranking en 2016: 33º. Su récord ATP del año es de ocho ganados y ocho perdidos. Si bien llegó a la cuarta ronda en Miami (su mejor torneo, perdió frente a KeiNishikori), no pudo defender su título en Marruecos y luego sufrió una lesión muscular. Después de recuperarse quedó eliminado en la primera ronda de Roland Garros contra el 129 del mundo, KravchukKonstantin. Lo más alentador es que después del Challenger de Todi, Italia, se acercará al Top 100. 

El caso más extraño es el de Leonardo Mayer. Desde 2016 tiene actuaciones muy irregulares. Este año jugó muchos Challenger, pero no logra mejorar su ranking ni su juego. Con 30 años, Leo es el 151º del mundo (su mejor puesto fue 22 en 2015). Su mejor rendimiento fue en la Copa Ciudad de Tigre cuando cayó en la final ante Taro Daniel. Y cuando jugó el punto de dobles con Carlos Berlocq en la serie ante Italia lograron ganarle a la dupla de Bolelli-Fognini. Su presente está muy lejos de lo que puede dar. La carrera de cada uno de ellos después de aquella final nunca será igual. De algún modo, parecería que no lograron convertir la euforia de lo que consiguieron en energía para sus temporadas o que la Davis siempre te da tanto como te quita.