A las 22:15 horas, el rostro de Evita volvió a brillar. Desde el décimo piso del Ministerio de Desarrollo Social erecto sobre la 9 de Julio, los reflectores alquilados por los trabajadores hacen justicia plebeya y dejan ver en su esplendor el rostro bello y encendido de la abanderada de los humildes, tatuado en hierro sobre la cara norte del edificio. Fueron cuatro eternos y miserables años de tinieblas que terminan. Esta noche, los trabajadores dijeron nunca más.

Sobre la calle Moreno, los laburantes estatales cantan la Marcha Peronista, tiran papelitos y se funden en abrazos eternos. Mariano Unamuno es secretario general de la delegación Salud de UPCN, peronista desde la cuna y evitista de la primera hora. La alegría no le entra en el cuerpo: “Encender el rostro de Evita es un hecho simbólico, una reivindicación justa y necesaria. Es el faro de este triunfo del campo popular”.

A unos pocos pasos, su compañera María le da duro y parejo al bombo. Cuenta que lleva 40 años laburando en el gremio de la Salud. “Cómo estoy, imaginate, la compañera Evita nos dio derechos, todo lo contrario a lo que hizo este gobierno. Nos agraviaron, nos dijeron que éramos la grasa militante, pero acá estamos, de pie. Ahora vamos a recuperar el ministerio, los derechos perdidos”, se despide la morocha, sin perder el ritmo del tamboril.   

Ignacio llora a mares, pero no se confundan, está feliz. Es trabajador del ministerio y milita en UPCN. Cuenta que cada vez que elevaba la vista y veía los rostros apagados le dolía en el alma. Hace unos días, con sus compañeros decidieron juntar unos pesos en una baquita y alquilar los reflectores. “No pudimos usar la iluminación original porque el vaciamiento y el abandono lo dejaron sin mantenimiento. Este es un granito de arena, un paso para arreglar el desastre que nos deja Macri.” Antes de despedirse, eleva la vista, contempla una vez más el rostro encendido de Evita y confiesa: “Esta noche se baila, se festeja, pero mañana vamos a estar laburando y poniendo el hombro por los más necesitados. Como hizo Evita.”