El ex senador Juan Manuel Abal Medina coordinó uno de los debates en el encuentro por la unidad del peronismo que se realizó el jueves en la UMET. Miembro de la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU), Abal Medina caminó por las escaleras y anduvo por los pasillos de la sede académica sin que nadie le reprochara, al menos públicamente, algunas decisiones que le valieron duras críticas desde el kirchnerismo. Esa postal acaso fue un símbolo del nuevo tiempo, en el que las dificultades económicas y los desaciertos del oficialismo parecen prevalecer por sobre las diferencias de los dirigentes. Nadie quiere ser obstáculo si se abre una oportunidad para el regreso del peronismo al gobierno.

Abal Medina reconoce que el contexto está cambiando. Por eso, para apuntalar las chances de un conglomerado opositor con eje en el peronismo, el ex senador y ex jefe de gabinete propone tres pasos: consensuar un programa de gobierno; realizar una gran PASO en la que puedan participar todos los sectores internos; y mantener unida a la “mayoría social y política” en el caso de regresar en dos años porque “todo va a ser más difícil”. “En diciembre de 2019 la Argentina será un país enormemente endeudado, que va a haber perdido gran parte de su tejido productivo y con heridas sociales todavía más profundas”, advierte.

-¿La alternativa de una gran PASO puede ser la fórmula para encontrar y determinar una única fórmula presidencial que luego confronte con Cambiemos?

-Sí. Tenemos este instrumento. Nosotros creemos, de hecho, que habría que haberlo aprovechado en 2015 como lo dijimos públicamente. Con las PASO en la provincia de Buenos Aires. Entendemos que es el mejor camino para poder resolver las diferencias y los matices que tenemos. Si se concreta una síntesis, puede darse. Nosotros entendemos que por el proceso que estamos viviendo –de tres derrotas electorales consecutivas- necesitamos justamente un método y sobre todo también discutir un programa. Un programa alternativo a este gobierno. Pero un programa que no sea simplemente decir lo que todos sabemos que hace mal este gobierno, sino también contar qué propuestas distintas tenemos para la Argentina.

También podés leer: Eduardo Jozami: «Tiene que resurgir una nueva versión del movimiento nacional y popular»

-¿Y qué posibilidades hay de que los distintos sectores del peronismo puedan consensuar ese programa de gobierno? ¿Qué debería figurar como pilar central?

-El pilar central son las banderas de nuestro espacio político. Recuperación de la autonomía de la Argentina, recuperación de un modelo de desarrollo con integración social, un modelo de desarrollo que apunte a los 44 millones de argentinos y no a una pequeña minoría. Una economía que vuelva a estar al servicio de las necesidades del pueblo y no a la inversa. La recuperación de la soberanía externa, que tanto con endeudamiento –a partir de los fondos buitres- como en las decisiones políticas se ha ido perdiendo. Creo que no va a ser tan difícil. En general, a mí me pasó en estas última campaña, cuando daba los debates, que escuchaba a muchos compañeros –no sólo los que estaban con Cristina sino también los que estaban con Massa, como Arroyo y Felipe Solá- que más o menos lo que decíamos era bastante parecido. Depende de nosotros poder plasmarlo, poder expresarlo, y tener la grandeza de saber que tenemos que dejar de lado muchas cuestiones menores para anteponer el objetivo central, que es volver poner en la Casa Rosada un gobierno popular en la Argentina.

-Por los hechos que se están viviendo, en el eventual caso de que Cambiemos no pudiera reelegir, ¿cuál sería el escenario económico con el que se encontraría un gobierno del PJ? Pareciera haber un cambio de escenario mundial que puede ser determinante para un gobierno que necesita tanto del endeudamiento.

-Sí, obviamente. El gobierno que –esperemos- tenga a un peronista que lo lidere en el año 2019 va a encontrar un país mucho peor de lo que lo encontró Cambiemos en 2015. Va a ser un país enormemente endeudado, que va a haber perdido gran parte de su tejido productivo, con heridas sociales todavía más profundas. Va a ser mucho más difícil y va a ser falta una gran mayoría social, una mayoría social y política alternativa, capaz de dar esas grandes discusiones. Pero seguro va a ser un país mucho más complicado. Porque el gobierno no ha arreglado ninguno de los problemas que ya existían y otros los ha creado o acrecentado. Seguimos teniendo un déficit fiscal gigantesco, seguimos teniendo una inflación galopante, tenemos el peor déficit de la cuenta externa de la historia, y ahora tenemos un enorme endeudamiento. Va a ser mucho más complicado. Pero lo importante es ser capaces de afrontar ese debate y, como hacemos en el peronismo, no estar viendo cómo echarle la culpa al gobierno anterior sino poner la energía en arreglar las cosas.