Ante los pronunciamientos de dos senadores en contra del proyecto de la interrupción voluntaria del embarazo, los que están a favor decidieron aceptar los cambios, previa reunión con miembros de la Campaña y del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), y así sumar una cantidad que los vuelva a poner adelante en la votación y devolver el proyecto a Diputados, que según especulan algunas diputadas miltantes del proyecto, ya se estaría votando el 23 de agosto. Se cambiaría el plazo de 14 semanas a 12, se incluiría la “objeción de ideario” para las clínicas privadas que no quieran realizar esta práctica médica y se podría incluir la producción del medicamento abortivo. Desde la Campaña aseguraron a Tiempo que “lo importante es que sea ley”.

En una reunión que duró más de una hora en el salón de las Provincias en la Cámara Alta, senadores del interbloque Argentina Federal que conduce Miguel Ángel Pichetto, Cambiemos y diputadas firmantes del proyecto acordaron con algunas de las organizaciones que militan este derecho, la Campaña y el Cels, negociar los cambios propuestos por los tres cordobeses, Carlos Caserio (PJ) Ernesto Martínez y Laura Rodríguez Machado de Cambiemos, que no estuvieron en la reunión. Tampoco se hizo presente ningún senador del Frente para la Victoria, que conduce Marcelo Fuentes e integra Cristina Fernández.

Estuvieron presentes los senadores radicales Luis Naidenoff y Pamela Verasay, el Humberto Schiavoni del PRO, Beatriz Mirkin y Pedro Guastavino, Norma Durango y Sigrid Kunath, Alfredo Luenzo y Pichetto del Bloque Justicialista.

También estuvieron Marta Alanis, de la Campaña y Gastón Chillier del Cels. Se sumaron las diputadas Victoria Donda, Cecilia Moreau, Brenda Austin y Araceli Ferreyra, impulsoras del proyecto en Diputados.

Pichetto sostuvo que lo que se acordó es “un dictamen por el sí pero con modificaciones razonables que no son sustanciales y no alteran el espíritu de la ley”. “Fue necesario sumar voluntades y vuelva a Diputados para que finalmente exista la ley. Hay que hacer esfuerzo. Es una cuestión de inteligencia para llegar a la mayoría. Lo peor que puede pasar es que la ley sea rechazada. Hay un escenario de paridad y con posibilidad de ganar. Habrá un sólo dictamen por el sí, y el que esté a favor de la legalización pero quiera hacer dos dictámenes estará jugando para que caiga el proyecto”, definió el senador rionegrino a la salida de la reunión.  

Una de las diputadas presentes, Cecilia Moreau sostuvo en diálogo con Tiempo: “Apenas se vote en el Senado, lo tomamos en Diputados y estaríamos votando el miércoles 23”. Se descuenta que en la Cámara Alta, de aprobarse este nuevo dictamen que incluye las modificaciones, se hará con mayoría simple, la mitad más uno, por lo que en Diputados hará falta esa misma cantidad, en principio fácil de lograr.

Después de que Inés Blas, peronista, y el radical Ángel Rozas, dijeran este martes que votarán en contra, las negociaciones se apuraron para que los que están a favor junten las voluntades. Es que la media sanción que viene de Diputados juntaba apenas 28 votos y ahora se sumarían cuatro más. Falta que se definan Omar Perotti, peronista de Santa Fe, Carlos Romero de Salta y José Alperovich de Tucumán.

Por su parte, Luenzo sostuvo que es una “demostración de flexibilidad de los que están a favor, cosa que no ocurre del otro lado, donde no hay negociaciones posibles. Vamos a trabajar para que salga la ley”

Estela Díaz, integrante de la Campaña y secretaria de Género de la CTA, recordó que “en Diputados tampoco se aprobó el proyecto tal cual proponíamos sino que se construyó una mayoría posible. Acá los senadores también están construyendo un número a favor”.