Los países del sur están sometidos a crisis cíclicas. El camino de desarrollo actual es insostenible, afirma Jorge Chediek, Director de Naciones Unidas para la Cooperación Sur Sur. Más aún si pensamos que hay crisis económicas cíclicas del sistema capitalista y desastres ambientales que afectan más a los sectores más vulnerables como los niños, las mujeres y los adultos mayores. Como ejemplos, baste pensar en las crisis económicas en Grecia o España, en el 2001 en Argentina o en los desastres naturales en Haití o en las inundaciones de La Plata o en Comodoro Rivadavia de nuestro país.

Estos shocks tienen consecuencias sociales graves. Cada crisis internacional repercute en el crecimiento y aumenta la desigualdad. Afecta más a los sectores más pobres que al resto de la población. Mientras los sectores más ricos pueden recomponerse luego de estos shocks, los sectores más pobres siempre vuelven a un punto de salida peor. Nunca regresan al mismo lugar en que estaban. Las repetidas recesiones, períodos de gran inflación, turbulencias externas y cambios políticos han ejercido poderosa influencia en el empleo y los salarios, provocando a veces grandes fluctuaciones.

Las crisis suelen describirse con metáforas, como bien nos remarca Lizcano en su trabajo. Están las narraciones de la naturaleza. Por ejemplo, “La tormenta sacude al mundo”; “Los mercados siguen agitados”; “Otro vendaval argentino”; “La fuerza del huracán financiero obliga al Gobierno a …”, y tantos otros. También están aquellas de la medicina, que nos hablan de la “robustez de la economía”, de las “contabilidades nacionales saneadas”, que «China empieza a contagiar» o de las famosas “Medidas preventivas y de saneamiento…” que han tenido consecuencias sociales complejas y destructivas muchas veces en nuestros países.

No podemos obviar las metáforas religiosas cuando se afirma por ejemplo que “Colombia confía en sus fuerzas”, “Kuwait también sufre” o “Cuando un miedo así llena el mercado, los inversores generalizan, castigando a muchos por los pecados de unos pocos”. O el más frecuente “Lunes de Resurrección” en las finanzas.

Estas construcciones metafóricas llaman la atención respecto a lo que fuerzan a ver pero también lo que impiden ver. Por ejemplo, en la metáfora de la medicina, el “paciente”, la economía nunca puede ser el origen del mal. Son todas construcciones que se orientan a modelar sensibilidades y emociones, promoviendo la aceptación general de una situación de dominación encubierta. Las metáforas de las crisis se orientan a legitimar las actuales formas de poder y desigualdades presentes como si fuera un orden natural.

Esta semana tiene lugar la Segunda Conferencia de Alto Nivel de Naciones Unidas sobre Cooperación Sur Sur. Se celebra el PABA+40, al cumplirse los 40 años del Plan de Acción de Buenos Aires (PABA), el documento fundacional de la Cooperación Sur-Sur. Estos temas de agenda social estructural, y no lateral, debieran ocupar un lugar preponderante en la preocupación de los decisores de política pública.

Desde un punto de vista más formal, para referir a ello en la agenda social global a menudo se habla de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 | ODS 2030 y qué articulaciones interinstitucionales se están realizando. Sin embargo, desde los hechos tibiamente se avanza en consensuar herramientas de políticas que aborden los aspectos críticos, ambivalencias y supuestos que tienen los ODS, las crisis cíclicas y las desigualdades para los países del Sur. En general están invisibilizados estos debates o subincorporados a la agenda – aunque al menos en la última agenda de desarrollo sostenible se incluyó discursivamente un objetivo sobre “la reducción de las desigualdades en y entre países”- .

Recordemos que la relevancia de la cooperación Sur-Sur reside en que se trata de un aspecto esencial de los esfuerzos de los países en desarrollo por superar el legado colonial, defender regionalmente intereses y cuestionar la estructura y el funcionamiento del orden económico internacional injusto imperante.  La alternativa del Sur se hizo visible en las últimas décadas por el peso del crecimiento económico de los (malogrados) BRICS, sobre todo de China e India, y frente a las crisis económicas últimas así como del papel, recomendaciones y condicionalidades de los organismos internacionales como el Banco Mundial, el FMI, entre otros. El crecimiento de China e India desde hace más de 20 años, posicionan en un lugar central las políticas de cooperación internacional de estos países centrada en la cooperación Sur Sur.

Ahora bien ¿qué tipo de desarrollo con reducción de desigualdades se apuntala en los países del Sur? Sobre ello aún nos falta mucho por debatir y en especial en promover acciones que transformen y regulen el sistema financiero, que posibiliten la libre movilidad de las personas y no sólo del capital, como sucede hoy, y que desplieguen sistemas de seguridad social más amplios con reformas impositivas más progresivas. Es sumamente necesario profundizar el debate y visibilización del efecto de las crisis internacionales en la desigualdad.

Frente al proceso de deterioro social y de endeudamiento externo al que asistimos actualmente, las agendas que contemplen abordar las desigualdades y mitigarlas se vuelven impostergables. Los dramáticos niveles de deuda que naciones como Argentina están afrontando reducen el margen de autonomía de los países y condicionan las capacidades propias. Esto fue un aprendizaje con un costo social muy alto en América Latina en los 2000. Transformar esta realidad implica el desarrollo de redes bancarias bien reguladas y supone asignar un papel más importante a los bancos de desarrollo, que pueden tener un comportamiento anticíclico y prestar crédito a los sectores de importancia estratégica para la economía nacional, cosa que con las actuales tasas de interés en Argentina resulta imposible.

El enfoque de derechos implica mantener una agenda que priorice minimizar las desigualdades empezando por reconocerlas. Y en esa estrategia se requiere de acciones globales coordinadas donde el rol de la Cooperación Internacional y de la Cooperación Sur-Sur se vuelve prioritario.

* Coordinadora Académica del Diploma de Desigualdades y Políticas Públicas de FLACSO https://bit.ly/2XaAkDP , Investigadora visitante del Instituto Gino Germani de la UBA y Directora del CEDEP.