La campaña de Alberto Fernández sigue por distintos planos, en simultáneo y sin pausas. Mientras este viernes el precandidato a presidente del polo más grande de la oposición a Cambiemos iba y volvía a Montevideo en Buquebús para visitar a José ‘Pepe’ Mujica, en Buenos Aires proliferaban las versiones sobre cómo se instrumentará el acercamiento –ya en marcha- con Sergio Massa.

La incógnita está concentrada en cuáles serían los términos de un eventual acuerdo para la integración de las listas o si, por el contrario, Massa optará finalmente por postular fórmulas en una suerte de gran primaria común de la mayor parte de la oposición.

El viaje relámpago a Uruguay fue, en cualquier caso, un gesto simbólico con peso propio y varios destinatarios. Por un lado, Fernández compartió la jornada con un grupo bastante reducido de dirigentes y allegados de mucha confianza. Algunos de ellos vienen compartiendo espacios de reflexión con el ex jefe de gabinete desde que se creó lo que luego se terminó llamando el Grupo UMET. La comitiva estaba integrada por los diputados Felipe Solá y Eduardo ‘Wado’ De Pedro, el ex diputado bonaerense Fernando ‘Chino’ Navarro, los legisladores del Parlasur, Víctor Santa María y Eduardo Valdés, el porteño Juan Manuel Valdés –hijo de Eduardo-, el rector de la UMET, Nicolás Trotta, y dos de los colaboradores más cercanos del precandidato: su mano derecha Santiago Cafiero, del Grupo Callao, y el flamante vocero Juan Pablo Biondi.

Otro de los aspectos cargados de sentido de la visita a Mujica fue, justamente, la decisión de elegir a Uruguay y a una figura del Frente Amplio de gobernó ese país como el destinatario del primer viaje internacional. Mujica representa ciertas ideas y ciertos valores.

Al mismo tiempo, la llegada de AF a Montevideo funcionó como plataforma para amplificar el malestar de los legisladores del Parlasur argentinos que forman parte del denominado Grupo Progresista. Sucede que este año el gobierno de Macri no convocó a elecciones para la categoría parlamentarios del Mercosur. Por la información que trascendió sobre el viaje, Fernández no sólo se reunió con Mujica en la famosa chacra que tiene el ex mandatario uruguayo en las afueras de Montevideo: también se entrevistó con el alcalde de la capital, Daniel Martínez, otro dirigente del Frente Amplio.

La llegada de Fernández a Uruguay coincidió con un pronunciamiento de parlamentarios del Mercosur que representan al PT brasileño, al Frente Guazú y el Partido Liberal paraguayos, al MAS bolivianos y al chavismo venezolano: todos abogaron por un triunfo de la fórmula Fernández-Fernández en la Argentina. Aunque del otro lado del Río de la Plata, el precandidato a presidente habló de la coyuntura argentina. Al mediodía, en un contacto con periodistas uruguayos que lo esperaban especialmente, Fernández dijo que él estaba dispuesto a competir con Massa en una eventual PASO si el tigrense se decidía por esa opción.

Esta alternativa, sin embargo, no parece ser la que consideran más factible entre los interlocutores del tigrense que revisten en el PJ y en el kirchnerismo. Lo que prima en esos círculos es la creencia de que Massa postularía a su esposa Malena Galmarini en algún puesto expectante de la boleta de diputados o en la candidatura a la intendencia de Tigre, que pretendería cinco o seis candidaturas ‘entrables’ a diputado nacional, como también bancas en la Legislatura bonaerense. Otro punto que se menciona como importante para un eventual acuerdo sería que los intendentes massistas se postulen a la reelección sin que le aparezcan competidores fuertes desde otros sectores del peronismo.