La Cámara Federal concedió este viernes finalmente la excarcelación completa para el ex vicepresidente Amado Boudou. En un voto unánime en cuanto a que no hay razones para que siga preso, los jueces Eduardo Farah, Leopoldo Bruglia y Rodolfo Pociello Argerich resolvieron que Boudou puede esperar en libertad lo que resta en este y en los demás procesos en los que está investigado. 

El fallo, con todo, confirma el procesamiento contra el ex vicepresidente y otros dos ex funcionarios del Ministerio de Economía por presuntamente fingir gastos en la rendición de viáticos por misiones oficiales al exterior. Hasta ayer se sabía que Boudou estaba preso por la rendición de tres viáticos; hoy se sabe que esos tres viáticos suman, en total, menos de 20 mil euros. 

La resolución judicial que confirmó su procesamiento también ratificó el embargo sobre sus bienes por un millón de pesos. El punto saliente de la resolución es el aparente cambio de postura del juez Bruglia respecto de lo que se conoce como la “doctrina Irurzun”. El camarista Martín Irurzun elaboró como criterio que un ex funcionario que ostentó poder en el pasado puede conservar retazos de ese poder en el presente y ello configura un “riesgo procesal” que justifica su detención. 

Ayer, en la primera excarcelación concedida a Boudou, el camarista Eduardo Farah consideró “irrazonable” esa tesitura. Farah siempre estuvo en contra de la “doctrina Irurzun”, pero Bruglia fue poco menos que coautor de aquella doctrina. Hoy, Bruglia se había inclinado por controlar a Boudou con una tobillera electrónica. Pero más allá de esa restricción, que sus colegas consideraron innecesarias, el camarista subrayó: “La circunstancia de que Boudou haya ocupado cargos de especial jerarquía dentro de la estructura orgánica del Estado, tampoco permite por sí misma inferir que el nombrado disponga de las conexiones necesarias para eludir u obstaculizar el proceso, lo cual hubiera requerido de algún indicador concreto en orden a verificar esa posibilidad, circunstancia que aquí no se advierte”. 

Algo parece estar crujiendo en tribunales. Por lo pronto, Boudou deberá volver a tribunales el 18 de enero próximo, a ampliar declaración indagatoria en la causa en la que comenzó a ser investigado por “enriquecimiento ilícito” y luego fue detenido, en jogging y pantuflas en el living de su departamento, acusado de “asociación ilícita y lavado de dinero”. 

¿Podría volver a prisión? Parece difícil, puesto que de los argumentos de los dos fallos, de ayer y hoy, firmados por la Cámara Federal, surge con claridad que siempre estuvo “a derecho”, que no intentó eludir la acción de la Justicia ni entorpecer una investigación que lleva más de cinco años.