La Cancillería argentina anunció que se retira oficialmente de la Unasur debido a «la crisis que aqueja a ese organismo», la «agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales» y «el desorden administrativo que prevaleció en los últimos tiempos». La decisión de vaciar la organización regional surgida a instancias de Hugo Chávez, Lula da Silva en 2004 viene desde tiempo atrás, cuando comenzó a cambiar el signo ideológico de la región.

El texto informa que le país pretende “explorar alternativas de integración regional más eficientes y con resultados tangibles para nuestras sociedades». La resolución de Mauricio Macri apunta a sumarse al Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur), organismo promovido por el presidente chileno Sebastián Piñeira.

El canciller Jorge Furie fue el encargado de denunciar este viernes el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), “a través de una comunicación dirigida a la República del Ecuador en su calidad de Depositario y una nota detallada al Presidente Pro Témpore de este organismo regional, el Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia», se informa en el comunicado.

El comunicado oficial difundido por el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto remarca que «este diagnóstico sobre la situación de la Unasur es compartido por varios países de la región, algunos de los cuales, tal el caso de Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú, también tomaron la decisión de retirarse». Junto con estos países, se supone que Brasil no dejará pasar una semana más sin seguir estos pasos.
El viernes 22 de marzo los presidentes Mauricio Macri; Jair Bolsonaro (Brasil) Sebastián Piñera (Chile), Iván Duque (Colombia), Lenin Moreno (Ecuador), Martín Vizcarra (Perú), Mario Abdo Benitez (Paraguay) firmaron la Declaración de Santiago en el Palacio de la Moneda que creó el Prosur. Uruguay, Bolivia y Suriname se abstuvieron.

El comunicado aduce que «esta decisión fue tomada en el marco de la crisis que aqueja al organismo, manifestada en la acefalía de la Secretaría General por más de dos años, así como una agenda con alto contenido ideológico y muy alejada de sus objetivos iniciales y el desorden administrativo que prevaleció en la organización los últimos tiempos».