El presidente de la empresa PC Arts Argentina, que controla la marca Banghó, Carlos Suaya, señaló que la medida implica la pérdida de 500 puestos de trabajo.

Luego de que el gobierno oficializara la quita de los aranceles para la importación de productos informáticos, que ya había anunciado a fines del año pasado, el empresario disparó: «Esto no es una noticia imprevista, ya nos venían diciendo hace mucho tiempo que la voluntad era mantener los aranceles informáticos a tasa cero; le quisimos explicar para que no se llegue a eso pero fracasamos, fue imposible mantener un diálogo. De esta manera no tiene sentido tener un plantel productivo para generar algún tipo de producción frente a los equipos que vienen de China subsidiados».

Además, en declaraciones a radio La Red, el empresario aseguró que Banghó tenía «800 empleado en 3 plantas muy industrializadas», pero afirmó que se reconvertirá «a menos de la mitad y cuando se termine todo el proceso vamos a pasar de 800 a 300».

Frente a estas críticas, el ministro de Producción, Francisco Cabrera, afirmó que el gobierno «no le va a soltar la mano a ningún trabajador» de las empresas eventualmente afectadas por la medida, y aseguró que la eliminación de aranceles para la importación de componentes informáticos beneficiará «a las familias y a las pyme».

La eliminación del arancel del 12% para la importación de componentes para fabricar computadoras comenzó a regir desde hoy, y la del 35% para el ingreso de notebooks, tablets y computadoras, entrará en vigencia el 1 de abril, y en el gobierno argumentaron que apuntan «a reducir el precio de los equipos informáticos en el mercado nacional, entre los más caros de la región».

Por su parte, Oscar Martínez, secretario general de la UOM de la ciudad de Río Grande en Tierra del Fuego, y diputado nacional del Bloque Movimiento Solidario Popular, disparó contra el gobierno nacional y señaló que su plan es “la desindustrialización de la provincia con la excusa de bajar el déficit fiscal, lo que provocaría un despoblamiento de la misma”.

El dirigente sindical de una de las provincias más afectadas por la medida explicó: “La devaluación, la inflación, los tarifazos y la apertura de las importaciones, son medidas que afectaron la industria nacional y como consecuencia de ello al resto de los trabajadores, porque afectan el poder adquisitivo, y se come lo que pueda recuperarse en las paritarias”.

“En Tierra del Fuego hemos informado recientemente que los niveles de ocupación desde diciembre de 2015 al mismo mes de 2016, se perdieron 6000 puestos de trabajo, esto es gravísimo”, agregó el metalúrgico.

Martínez añadió que en Tierra del Fuego “se fabricaban celulares, televisores, computadoras, cocinas, microondas, cámaras fotográficas, decodificadores, aire acondicionado, lavarropas y pequeños electrodomésticos. Toda esta producción era comprada por el mercado nacional, que nos ayudó a recuperar y hacer crecer la industria destruida en los ’90, hoy los despidos y las suspensiones llegaron a Tierra del Fuego. Y el gobierno parece no estar enterado.”