En un comunicado conocido este miércoles, la CGT Azul y Blanca, que conduce el gastronómico Luis Barrionuevo, aseguró que no participará de la movilización del 21 de febrero para no confluir con el kirchnerismo.

El lunes, Carlos Acuña, también referente de esa corriente y uno de los integrantes del triunvirato de conducción de la CGT, había dicho que el sindicato que dirige, el de los trabajadores de estaciones de servicio, no movilizaría porque la marcha se había “politizado”.

El texto de la CGT Azul y Blanca abunda en las razones por las cuales debería movilizarse. Arranca con el documento que redacto esa fracción del sindicalismo peronista, cuyo referente en el triunvirato que conduce la CGT es Carlos Acuña, y que fue aprobado por el Consejo Directivo de la central obrera el 31 de enero.

En ese documento se repudiaba el recorte a las jubilaciones; se exigían paritarias libres y sin topes; y se rechazaban tanto la reforma laboral como el megadecreto 27/18. Además, se planteaba “acompañar activamente a las organizaciones que se declaren en conflicto”.

La Azul y Blanca reconoce que “en lo que va del año, el gobierno ha agravado su política de agresión a la clase trabajadora y a los humildes” por medio de la suba de la inflación, los tarifazos y los impuestazos. Y, asegura, todo esto sucede mientras “se advierte despreocupación, corrupción creciente y represión” desde el gobierno.

El argumento de la CGT Azul y Blanca es: “Bajo ningún punto de vista la estrategia del legítimo reclamo sindical puede quedar enredada con el pasado reciente”. Y agrega: “No serán, quienes nos llevaron a la actual situación política, los que puedan sacarnos de la presente situación económica.”