Un familiar del jefe de Gabinete, Marcos Peña, que lleva su mismo apellido, reclamó ante la Justicia que por culpa del Mercado a Término de Rosario (ROFEX) y las operaciones de dólar futuro  y del Banco Central, perdió dinero invertido pensando en la devaluación del 40% que produjo el gobierno de Mauricio Macri a poco de asumir, en  diciembre de 2015.

Así se desprende de un expediente judicial que, no obstante, parece mostrar otra cosa: el empresario en cuestión, Alejandro Braun Peña, obtuvo una rentabilidad del 84% del dinero invertido en sólo dos meses. Pero pudo haber ganado mucho más y, de hecho, está reclamando por «daños y perjuicios» ante los tribunales federales de Rosario, que después de la feria judicial deberán resolver si le conceden una medida cautelar para embargar por 7 millones de pesos «más una suma estimada para cubrir las costas y costos, sobre fondos líquidos y/o ejecutables en mercados con cotización pública que sean de titularidad» de ROFEX y, por extensión, también del Banco Central.

Peña Braun busca «el resarcimiento por los daños y perjuicios por el incumplimiento de los contratos de futuro de dólares estadounidenses que habría celebrado». De la lectura de la causa se desprende que, en realidad, quería celebrar más contratos de dólar futuro en los últimos dos meses del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, probablemente a sabiendas de que un triunfo de Mauricio Macri y la consecuente devaluación y liberación del mercado cambiario le representaría, a él y a otros «inversores» en similar situación, una ganancia descomunal en cortísimo tiempo. Y no pudo hacerlo.

Braun Peña está estrechamente vinculado con las empresas denunciadas por Greenpeace por el desmonte ilegal de unas 9000 hectáreas en áreas preservadas por la Ley de Bosques de la Provincia de Salta y con General Lighting Systems (GLS), uno de los proveedores de luminarias led para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el Estado Nacional.

Su relación con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo sitúa en el árbol genealógico en una ramificación distante, que –sin embargo- a la hora de los negocios parece acortarse vertiginosamente.

Del expediente, al que tuvo acceso Tiempo, se desprende que en los tórridos días de la transición entre el kirchnerismo y el macrismo, Alejandro Braun Peña decidió invertir hacia fines de octubre de 2017 algo más de 8 millones de pesos en el mercado de dólar futuro. Según un resumen de operaciones presentado por ROFEX en la contestación de la demanda, el 18 de diciembre de 2015 –una semana después de la asunción de Macri y tras la devaluación- en un cuadro titulado «Operaciones Canceladas y sus respectivos resultados» se consigna como «ganancias» una suma de 6.741.000 pesos. En menos de dos meses casi duplicó el capital invertido.

Braun Peña reclama que, por una serie de disposiciones que acotaron la posibilidad de seguir «timbeando» (en rigor, cazando en el Zoológico) adoptadas por ROFEX, por la empresa Argentina Clearing SA (que también participa de esas operaciones de dólar futuro) y por extensión, del BCRA, que las regula, sufrió un perjuicio patrimonial.

«Resulta insólito que (Braun Peña) pretenda considerar que las Comunicaciones le produjeron un perjuicio, dado que antes de su dictado sus garantías se encontraban inmovilizadas, amén de la imposibilidad de realizar nuevas operaciones, y con posterioridad pasó a tener libertad para el retiro de sus ganancias, posibilidad de realizar nuevas operaciones, y ha cobrado utilidades astronómicas en función de las garantías depositadas y el tiempo que mantuvo su posición», sostuvo la defensa de las organizaciones denunciadas.

Sobre los límites a las operaciones fijados en el contexto de la transición, las defensas de ROFEX y Argentina Clearing explicaron: «Por la especialidad que nuestras mandantes gozan en la materia fue que se tomó esa decisión, caso contrario la caída del mercado hubiese ocasionado un perjuicio mayor al aquí tratado».

Peña Braun ingresó en el mercado de futuros el 27 de octubre de 2015, dos días después de la primera vuelta electoral entre Macri y Daniel Scioli, pero apostó verdaderamente fuerte (el 83% de su inversión) el 19 de noviembre, tres días antes del balotaje, cuando ya se percibía el triunfo de Cambiemos que venía de la mano de la devaluación.

En ese contexto, en Comodoro Py 2002 ya existía una denuncia formulada por dos de los principales referentes de Cambiemos, Federico Pinedo y Mario Negri, por las operaciones de dólar futuro. Y el juez federal Claudio Bonadio había allanado, el 17 de noviembre, las oficinas del Banco Central en pleno horario bancario, lo que aumentó notablemente la volatilidad del mercado y la presión cambiaria. Así comenzó la causa por la que hoy están en camino a juicio oral Cristina Kirchner, el exministro de Economía Axel Kicillof y el extitular del BCRA Alejandro Vanoli, entre otros.

En ese escenario fueron dispuestas una serie de medidas restrictivas sobre las operaciones que, según se desprende del expediente, fueron las que supuestamente perjudicaron al pariente del jefe de Gabinete.

«Ha quedado claro que si hay alguien que ha actuado en forma manifiestamente arbitraria es la actora (Braun Peña), que luego de obtener una ganancia extraordinaria no duda en recurrir a las falsedades para obtener más en forma abusiva e ilegítima contrariando el Reglamento que es parte del contrato que ha celebrado», replicó la defensa de ROFEX.

La causa está radicada ante el juzgado federal número uno de Rosario, a cargo del juez subrogante Aurelio Cuello Murúa. «