Aunque tiene gran parte de su patrimonio en dólares y fuera del país –un hábito muy difundido entre la dirigencia macrista–, Esteban Bullrich prefiere mantener el control de otros negocios bien cerca, a mano. De acuerdo con su reciente declaración jurada, el candidato a senador de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires conserva el 50% de las acciones de la consultora agrícola Fruitful Thinking SA. Se trata de un emprendimiento propio, del que nunca se desprendió y que logró combinar con sus diversas ocupaciones en el Estado. De hecho, mientras comandó el Ministerio de Educación, para saber cómo iban las cosas en la empresa, Bullrich podía marcar un interno y hablar con el abogado Francisco José Caimari, a quien, además de confiarle la presidencia de Fruitful Thinking, nombró con un importante puesto en esa cartera, gracias a una «autorización excepcional», por no reunir los requisitos exigidos en el Sistema Nacional de Empleo (Sinep).

Ya desde diciembre de 2007, en cada uno de los roles que ocupó como funcionario de Mauricio Macri, Bullrich mantuvo a Caimari a su lado. Sin dudas, un hombre de su entorno, en lo público y lo privado.

Frutas y Estado

Recogiendo la prosapia chacarera de su familia, el candidato a senador creó Fruitful Thinking a fines de 2002, para dedicarse a la producción, comercialización y exportación de productos alimenticios, en especial, frutas. Venía de una experiencia en la citrícola SA San Miguel, de los grupos Miguens y Otero Monsegur, a la que había ingresado en el ’98 y donde fue director comercial.

Bullrich asumió como presidente de su compañía, mientras que el otro socio fundador, el ingeniero agrónomo Alejandro Tomás Moralejo, fue director suplente. En su DDJJ anual 2016, el exministro detalló que posee la mitad del paquete accionario, valuado en $ 28.400, más un crédito a su favor por $ 47 mil. Son cifras pequeñas si se las compara con los $ 2,8 millones de su patrimonio total. En cambio, la confianza no tiene precio.

En febrero de 2008, la empresa informó que Caimari había quedado al frente del directorio, en reemplazo de Bullrich, que por entonces era diputado nacional, pero que interinamente encabezaba el Ministerio de Desarrollo Social porteño, ante la licencia por maternidad de María Eugenia Vidal. En 2012, el Boletín Oficial dio cuenta de la renovación del puesto del abogado y esa fue la última novedad publicada.

Desde diciembre de 2006, Caimari también se desempeñaba en la Cámara de Diputados, en el despacho de Hugo Martini, del cual el propio Bullrich supo ser asesor parlamentario. Al igual que él, Martini provenía de Recrear, el partido de Ricardo López Murphy que fue absorbido por el PRO. Más tarde, invirtiendo roles, Martini sería colaborador de Bullrich en su faz ministerial.

En diciembre de 2007, cuando el dueño de Fruitful Thinking asumió en Desarrollo Social, Caimari dejó el Congreso y arribó a ese organismo como director general de Técnica Administrativa y Legal. Luego, se le asignó una coordinación dentro de la misma área, a cargo de los recursos y las compras, entre otras funciones sensibles. En mayo de 2008, fue dado de baja, al término de la suplencia de Bullrich. Y en enero de 2009, entró a la Unidad de Gestión de Intervención Social (UGIS), que encabezaba otro ex Recrear: Federico Angelini, hoy presidente del PRO en Santa Fe.

Cuando Bullrich asumió en Educación de la Ciudad, nombró al directivo de su consultora como personal de planta de gabinete. Más tarde, fue asignado a la Subsecretaría de Políticas Educativas y Carrera Docente, y a la Dirección General de Estrategias para la Educabilidad.

A mediados de junio de 2016, lo llevó al gobierno nacional. Por decisión administrativa 1573, lo colocó bajo su ala en Educación, al frente de un área íntima: la Coordinación Operativa de la Unidad Ministro. Entre otras tareas, esa repartición se dedica a «llevar la documentación administrativa que requiera la firma o refrendo» del titular de la cartera, hacerle «recomendaciones» y asistirlo en «la recepción, archivo y correspondencia de documentación postal y electrónica».

Para el nombramiento de Caimari, Bullrich y el jefe de Gabinete Marcos Peña –quien también firmó el acto administrativo– invocaron razones de necesidad operativa y apelaron a una «autorización excepcional por no reunir los requisitos mínimos establecidos en el artículo 14 del Sinep» –referido a cuestiones de experiencia laboral, formación y especialización–. También se excusaron de ciertos pasos formales que indicaba la Ley de Presupuesto 2016. La designación fue de carácter transitorio, por el término de 180 días hábiles a partir del dictado de la medida, el 29 de diciembre de 2016, con lo cual el plazo se cumplirá promediando septiembre. 

En el organigrama de Educación, el abogado sigue figurando como coordinador operativo, ahora de Alejandro Finocchiaro. Tal vez, cuando Bullrich asuma en el Senado, tenga un nuevo destino. «