Con el objetivo de ganar la provincia de Buenos Aires y mantener la performance en distritos clave como Córdoba, Ciudad de Buenos Aires y mejorar lo hecho en Santa Fe, Cambiemos se adelantó al comienzo de la campaña electoral con un timbreo nacional. «Vamos a sacar entre 38 y 40 puntos», se ilusionó uno de los estrategas de campaña macrista que confía en mejorar los resultados de agosto.

Aunque las Primarias dibujaron un escenario reñido para Cambiemos, en el gobierno se preparan para una foto electoral muy cercana al antagonismo que en las presidenciales de 2015 alumbraron una pronunciada «polarización» entre macristas y kirchneristas. Un 50-50 que no fue tal, pero que no dejó margen a una «avenida del medio» para, con dos dirigentes provenientes del PJ como Sergio Massa y Florencio Randazzo, ampliar un escenario con margen a dos contendientes.

En el entorno del presidente Mauricio Macri o en compartimentos estancos de Cambiemos entre la Provincia y «el resto del país» pronostican que la polarización protagonizada por el oficialismo y el kirchnerismo en tierra bonaerense se trasladará al resto de las provincias. Será «una campaña nacional», explican.

«Va a haber spots con lo que se prometió en 2015 y lo que se hizo en dos años de gestión y lo que viene hacia adelante», explicaron desde el PRO. «Mejoró mucho la perspectiva de cómo se ve la gente a futuro y la propia imagen del presidente, que subió ocho puntos desde las PASO. La economía sigue siendo una preocupación, pero mucho menos que antes», confiaron a Tiempo.

En Buenos Aires, donde CFK se impuso por el 0,4%, los cinco principales postulantes de Cambiemos ya recorrieron 80 localidades del interior provincial. Es la avanzada de una pelea donde en Casa Rosada pronostican una ventaja de cuatro puntos como proyección de las PASO. De todos modos, la polarización instalada deja un gusto amargo para María Eugenia Vidal: sus colaboradores cercanos sostienen que, a partir del caso Maldonado, el 3,5% que cosechó la izquierda quedará en manos del kirchnerismo, en una sumatoria que podría incrementarse por un tercio de los votos del Frente Renovador y una porción de las voluntades que cosechó Randazzo.

Está definido que los primeros dos días de la próxima semana, Esteban Bullrich, Graciela Ocaña, Gladys Gónzalez, Toty Flores y Guillermo Montenegro se muestren en los distritos de la primera y la tercera sección electoral. El resto de los días irán por separado al interior.

A diferencia de las PASO, la idea es que ahora los timbreos y las recorridas las hagan de manera individual y que Vidal se sume en alguna de las excursiones. Los ejes de la campaña son los mismos que en las PASO: «cambio», obra pública y lucha contra mafias. Elisa Carrió será otra de las figuras preponderantes en tierras bonaerenses.

«Buscamos mantener el 50% que conseguimos, pero creemos que se puede crecer un poco más”, señaló Maximiliano Ferraro. «Hay gente que participó de las PASO, pero que son proclives a Cambiemos. Queremos que esa gente vaya el domingo a votar», completó el legislador de la Coalición Cívica, uno de los jefes de la campaña del oficialismo porteño.

Con la elección cocinada en Ciudad, «Lilita» dedicará dos o tres días por semana al distrito capitalino y dos para recorrer el interior. Estará igual que Macri en Bahía Blanca y Mar del Plata, centros urbanos duramente golpeados por la política económica macrista pero también en Santa Fe y su Chaco natal. «