La centralidad que tiene Cristina Fernández en el sistema político volvió a quedar en evidencia con un simple –pero inesperado- viaje en avión. El jueves a la madrugada, apenas la senadora y ex presidenta puso un pie en el vuelo CM 364 de la línea panameña COPA, con destino La Habana vía ciudad de Panamá, la dirigencia partidaria, empresarial y mediática, se sumergió en un mar de versiones. El rumor que circulaba se podía resumir en tres palabras: “Cristina se bajó”.

Según esa especulación, el viaje, de carácter privado y familiar, a Cuba, para acompañar a su hija Florencia, debería ser leído como la primera acción de una serie que culminará con un épico renunciamiento a la candidatura presidencial. Los más interesados en propalar esa versión fueron los medios de comunicación oficialistas, aquellos que -no por casualidad- organizan y retroalimentan el núcleo social del odio anticristinista. Sin embargo, bastó con que pasaran las horas para que esa interpretación quedara desmentida por los hechos. “Cristina no se bajó de nada”, le dijeron a este diario, dos de las personas más cercanas a la ex presidenta.

La aclaración de los allegados a la senadora tuvo su correlato en la agenda de CFK en su primera jornada en Cuba. Aunque se trató de un viaje de carácter personal, para el que pidió permiso en los Tribunales, y sobre el que ya informó la fecha de regreso, el próximo 22 de marzo, Cristina dedicó parte del viernes a mantener comunicaciones telefónicas con la Argentina. Dialogó, por caso, con dirigentes políticos de mucha confianza. Interlocutores con los que conversa casi todos los días. El eje de esos diálogos fue el monitoreo al detalle de la estrategia electoral de cada una de las provincias. De hecho, quienes tratan habitualmente a Cristina aseguran que para el primer tramo del año la senadora tiene como objetivo lograr la mayor cantidad de triunfos provinciales del peronismo. Su intención, como de buena parte de la dirigencia opositora, es crear un clima que condicione la disposición de los aspirantes a competir cuando llegue el momento de inscribir las fórmulas que participarán en las PASO y en la elección general.

La llegada de Cristina a La Habana para estar junto a su hija, bajo tratamiento médico por linfedema, puso de manifiesto otro aspecto del liderazgo opositor que representa CFK. El interés por lo que pase con Cristina excede por lejos las fronteras de la Argentina. Mientras que Estados Unidos despliega todos sus recursos para evitar un regreso del kirchnerismo, otras naciones con peso en el mundo tienden puentes con la oposición. Y hasta se muestran dispuestas a ayudar. La expectativa por lo que ocurra con Cristina alcanza incluso al Vaticano. Todo esto sucede mientras la representación oficial de EEUU en la Argentina atraviesa una etapa de turbulencias y contrariedades: la delegación de Washington tuvo que desmentir en una nota oficial a Cancillería que el operador judicial y espía Marcelo D’Alessio integre alguna de las agencias estatales estadounidenses.

Hace un mes, en el allanamiento al domicilio de D’Alessio se encontraron documentos con membretes de la embajada de EEUU e informes oficiales escritos en inglés sobre la familia del empresario Pedro Etchebest. Como se sabe, D’Alessio –que solía presentarse como agente regional de la DEA- fue procesado y detenido por integrar una asociación ilícita con fines de extorsión y espionaje paraestatal. La relación del kirchnerismo con la delegación republicana de la avenida Colombia (sede de la embajada en Buenos Aires) atravesó dos momentos de particular tensión en las últimas semanas. El primero ocurrió durante la sesión preparatoria del Senado, cuando la propia CFK dijo abiertamente que la embajada de Estados Unidos estaba involucrada en el entramado de espionaje, extorsión y apriete de –supuestos- arrepentidos para inducir declaraciones. El segundo capítulo de la saga fue el insólito tuit que se viralizó desde la cuenta oficial de la sede diplomática con una frase entre intrigante y lacónica: “Perdió Cristina”.

Cuando CFK aterrice en Ezeiza, a su regreso de Cuba, ya se habrá reunido la Comisión Bicameral de seguimiento de los Asuntos de Inteligencia, programada para el próximo jueves. Ese mismo jueves se darán los primeros pasos en la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura, donde los representantes del oficialismo intentarán destituir a Ramos Padilla. El repaso de los votos indica que eso será muy difícil. Algunas voces lo ven imposible. Por otro lado, la expectativa mayor estará puesta en lo que haga la Corte Suprema con la causa que instruye el juez federal de Dolores. En el ambiente judicial crece el interés por la actuación de la tríada de juristas Horacio Rosatti-Juan Carlos Maqueda-Ricardo Lorenzetti, de creciente influencia en el máximo tribunal. CFK y los dirigentes más importantes del peronismo, digamos los presidenciables, creen que la Corte, cada vez más autónoma de Macri, puede adelantar los tiempos que vienen . «

Máximo: «Macri se va»

El diputado nacional del FpV-PJ y fundador de La Cámpora Máximo Kirchner retomó sus recorridas por la provincia de Buenos Aires con una fervorosa convocatoria a la unidad de la oposición. “Les pido de corazón que la piba o el pibe que está pensando en dejar la universidad o la escuela, que el comerciante que está pensando en cerrar su negocio, que el productor que esté pensando en tirar la toalla, no lo haga. Porque llega el 27 de octubre (fecha de las elecciones presidenciales) y se van”, arengó. “El 27 de octubre pondremos otra vez en el camino de la producción, el trabajo y, como centro de la política, el ser humano”, prometió el hijo de la ex presidenta. Máximo también subrayó que la convergencia de los distintos sectores del PJ debe concretarse a partir de puntos programáticos, como la desdolarización de las tarifas. “La unidad tiene que tener como eje central la desdolarización de las tarifas de gas y luz”, remarcó. Fue ayer, durante un acto en Cañuelas, donde lo acompañaron el intendente Gustavo Arrieta, la jefa de gabinete de la comuna, Mónica Fassi, y varios representantes de La Cámpora, como los diputados nacionales Andrés Larroque, Laura Alonso, y la legisladora bonaerense Mariana Larroque.
En otro tramo del discurso cargó contra Clarín: «Tengo una propuesta para Magnetto y Rendo. Que dejen de recibir la pauta del gobierno y la pongan para construir jardines».