Con un clase pública y un acampe, estudiantes, docentes y organizaciones políticas se manifestaron en rechazo a la posible intervención del Instituto Universitario Nacional de Derechos Humanos Madres de Plaza de Mayo (IUNMA) por parte del gobierno nacional.

Bajo una fría noche y con un espíritu combativo gigante en sus corazones, los estudiantes llegaron con sus carpas para pasar la noche en pleno centro porteño, frente a la ex sede de la Secretaría de Derechos Humanos sobre la calle 25 de mayo donde se dictan las clases.

Firmes en su reclamo por el derecho a la educación pública, fueron acompañados por más de 200 personas. Durante la noche se realizaron debates, una radio abierta con distintos actores políticos provinciales, se pidió por la liberación inmediata de Milagro Sala. En el acampe de la IUNMA, se grito “acá no se rinde nadie”.

Mara Álvarez, secretaria general del Centro de Estudiantes de la Universidad de las Madres y estudiante avanzada en la carrera de Derecho le cuenta a Tiempo en primera persona la situación que está viviendo el Instituto Educativo de las Madres bajo un contexto de amenazas al rector en ejercicio Germán Ibáñez pidiéndole la renuncia.

“Se está llevando a cabo una operación mediática instalando la intervención de la universidad, pero hasta el momento no se hizo efectiva. Sin embargo, continúan con mayor énfasis las presiones hacia el rector de la institución para que deje su cargo de forma voluntaria”, señaló.

Desde la asunción de presidente Mauricio Macri, la Universidad “está envuelta en un contexto de desamparo por parte del Estado nacional y ha puesto trabas para impedir la conformación de todos los claustros”, explicó la referente de los estudiantes y agregó: “Desde el 2015, sólo nos asignaron el quinto piso de las oficinas de la ex secretaria de Derechos Humanos ubicadas en la calle 25 de Mayo 552”.

En este contexto, organizaciones políticas y sindicatos les han cedido espacios para poder terminar el año educativo durante el 2015. “El año 2016 comiénzanos en la misma situación con una promesa de edificio que aun no lo tenemos”, indicó.

A esto se suma el desfinanciamiento de la institución. Mara la calificó como “insostenible” la situación financiera. Detalló que el gobierno ha hecho un recorte del 70% del presupuesto para la Universidad y el 30% restante está sin ejecución por parte del Estado. Así-comenta- “el instituto no maneja un solo centavo, se junta dinero entre toda la comunidad académica para comprar las cosas básicas y de uso cotidiano como elementos de higiene e infusión”. Esto se suma a la falta de pago de los salarios: los docentes llevan ya 17 meses sin cobrar el sueldo y facturan como prestadores de servicio.

Para el Consejo de Estudiantes, el gobierno realiza un vaciamiento de la institución “con la clara intención de destruir el proyecto educativo que crearon las Madres”.

“Las Madres crearon un proyecto de educación popular de construcción colectiva del pensamiento crítico, pensaron una universidad para los trabajadores, para el pueblo para los sectores excluidos, fue creado para nuestros hermanos de la Patria Grande, es una universidad de inclusión para todos y para todas con la finalidad de formar docentes que puedan desarrollarse en el campo popular, profesionales con conciencia social. Por eso vienen por este proyecto y nos quieren desaparecer”, expresó Mara Álvarez.

“Venimos siendo perseguidos políticamente como todos los sectores de derechos humanos. Ahora estamos ante una eminente intervención, pero toda la comunidad académica está dispuesta a resistir, no vamos a permitir que Garavano nos imponga un rector por la fuerza”, aseveró y concluyó: “Le exigimos a Garavano y (al secretario de Derechos Humanos, Claudio) Avruj que respeten la autonomía de nuestro instituto. Queremos elegir nuestras autoridades. Reclamamos que se nombren a los docentes, que se nos asigne presupuesto y un edificio para la universidad”.