La Cámara de diputados aprobó con 176 votos a favor, ninguno en contra y una abstención el desafuero del ex ministro de Planificación, Julio De Vido, y lo dejó en condiciones de ser detenido.

El pedido de desafuero sumó el apoyo de Cambiemos, el Frente Renovador, libres del Sur, el Socialismo, la Izquierda, el peronismo puntano, unos cuantos bloques provinciales y seis diputados del Frente para la Victoria. La decisión del bloque que conduce Recalde evitó que fueran más los legisladores que apoyaran el desafuero del ex funcionario.

Por su parte, el Movimiento Evita tampoco se hizo presente. El dato no es menor y es valorado por el FpV. La acción fue refrendada por un comunicado en el que la organización señaló: “Queremos que se investiguen a todos los políticos que participaron o participan en hechos de corrupción y que vayan a la cárcel junto a los empresarios involucrados en esos delitos. Sin embargo, consideramos que la implementación de los mecanismos de juicio y desafuero deben realizarse en el marco del apego al derecho, a procesos judiciales debidamente sustentados en cuanto al material probatorio y a la temporalidad procesal, y no ejercidos en base a sospecha, ya que esto marcaría una tendencia con antecedentes nocivos y de peligrosidad institucional”.

El final ya estaba anunciado. Por eso el FpV prefirió evitar la exposición total de su fractura y no bajó a dar el debate. Los 176 votos conseguidos superaban incluso los dos tercios de la totalidad de los diputados. “La mejor decisión fue no bajar. Si bajamos no iban a ser sólo cuatro los que votaban a favor. Todo iba a ser peor”, explicó uno de los asesores del FpV a Tiempo.

Minutos antes de las 12 y con 160 diputados presentes, cuatro de ellos del Frente para la Victoria, la Cámara Baja comenzó a sesionar. La sesión se extendió sólo por poco más de dos horas y media. Los argumentos repetidos y sabidos. Nada nuevo en lo discursivo.

El diputado nacional Pablo Tonelli (Pro), encargado de abrir la sesión aseguró que los jueces Luis Rodríguez y Claudio Bonadio pidieron el desafuero de Julio De Vido porque “es indispensable” que vaya a prisión, para evitar que “obstaculice” las investigaciones sobre las causas de Río Turbio y gas licuado.

Por su parte, la izquierda, casi en dejavú de la campaña de 2015, repitieron en el recinto que el Macrismo y el kirchnerismo son los mismo, pero en este caso sólo aplicado a los casos de corrupción. El resto de bloques acompañaron sin lucidez y sin novedad. Un festival de lugares comunes e hipocresía que se extendió por poco más de dos horas.

María Emilia Soria, la única diputada del Frente para la Victoria, en hacer uso de la palabra señaló que más allá de acompañar el desafuero “a nadie sorprende la precisión quirúrgica del pedio de desafuero tres días antes de las elecciones”.
Soria agregó que “la maniobra tiene por finalidad distraer a la opinión pública” y cerró con un mensaje para propios y extraños: “Yo nací en una casa peronista y aprendí dos cosas: A no renunciar a mis convicciones y a dar siempre la cara”.

Un rato después, el bloque de diputados nacionales FPV-PJ que preside Héctor Recalde emitió un comunicado para desmentir que hayan “dejado solo” a De Vido. “Si el oficialismo y sus aliados no hubieran alcanzado los dos tercios de los votos, el bloque hubiese dado la discusión en el recinto. Nuestra decisión se basó en no convalidar lo que entendemos es una persecución a los opositores. Por ello denunciamos en conferencia de prensa al grupo de jueces y fiscales que, siguiendo las instrucciones que les da el Ejecutivo, actúa de manera sesgada y persecutoria contra nuestros compañeros”, dice el texto.