Y llegó finalmente el día tantas veces anunciado de reorganización y realineamiento del movimiento obrero. La convivencia forzada bajo el paraguas de la CGT, no daba para más. Lo sabían todos los dirigentes importantes, incluso un pequeño grupo que aún apostaba a evitar la ruptura.

Por la mañana, los referentes de los gremios más numerosos y afines al gobierno tuvieron su primera reunión de cara a lo que denominaron la “normalización” de la Confederación General del Trabajo. Del encuentro, que se llevó a cabo en el Sindicato de los Trabajadores de Gas participaron los Gordos, los Independientes, el Movimiento de Acción Sindical (MASA) y Las 62 Organizaciones Peronistas.

El objetivo a esta altura es claro: designar un nuevo secretario General que reemplace al triunvirato antes de mitad de año. Para lograr el objetivo los cuatro sectores deberán limar las asperezas que van más allá de la decisión de brindarle su apoyo al Gobierno. El proceso no será sencillo, ya que más allá de lo formal que tiene que ver con la necesidad de alcanzar consenso dentro del Consejo Directivo para convocar al Congreso que elegirá al secretario general, el verdadero acuerdo tiene que ver con quien se quedará con la conducción.

Héctor Daer, uno de los candidatos a liderar la “nueva” CGT, al término de la reunión detalló: “Nos juntamos muchas de las organizaciones que están en el Consejo Directivo y otros sectores que estaban más alejados, y coincidimos en tener una perspectiva de unidad hacia adelante, sostener el actual Consejo hasta que tenga los consensos necesarios para armar uno nuevo, y a partir de ahí transitar todos los problemas del movimiento obrero que son por demás acuciantes para los trabajadores”, explicó.

La reacción de los gremios que lideran Hugo y Pablo Moyano no tardó en llegar. Es más, una reunión cumbre que iba a realizarse la semana que viene, se terminó adelantando de manera sorpresiva. La demostración de fuerzas del pasado 21 de febrero fue más que eso. El “Moyano se quedó solo” que quisieron instalar desde el gobierno redundó en la virtual fundación de lo que hoy ya tiene nombre confirmado: la Corriente Federal Sindical y Popular, que nucleará a Camioneros, Bancarios, los gremios combativos entre los que se destacan Canillitas, Curtidores, SUTEBA, Atilra y UDOCBA, las dos CTA, y los movimientos sociales como el Evita, la Corriente Clasista y Combativa y Barrios de Pie. Nada más parecido al Movimiento de los Trabajadores Argentinos que se opuso al menemismo en los años 90.

La nueva organización sindical planteó tres ejes temáticos en los que pondrán el acento: «Actuar de acuerdo a las necesidades obreras y populares; generar identidad para enfrentar en mejores condiciones al gobierno anti obrero; y asambleas de bases para decidir las formas de acción. Vamos hacer lo que la lucha obrera nos requiera. En la acción estratégica, la sucesión de valores de todo trabajador es la siguiente: primero, el laburante; después las ideología y luego, los hombres», coincidieron en un documento que hicieron público luego de la reunión.