Omar Perotti se convirtió en el primer gobernador electo que le ganó al oficialismo local en lo que va de las elecciones de este año. Sumó así un triunfo más al peronismo que viene ganando en distintas provincias a lo largo del país. El Frente Progresista, que llevaba a Antonio Bonfatti de candidato, deberá dejar el poder tras doce años de hegemonía. Cambiemos volvió a quedar tercero lejos. El socialismo ganó en Rosario y Santa Fe, pero también en la contienda por los cargos legislativos.
En su discurso, el gobernador electo, que llegó al poder gracias a la unidad de 14 partidos que incluyen del PJ provincial, el kirchnerismo y el massismo, evitó pronunciarse sobre cómo jugará a nivel nacional en octubre. Si bien esa había sido su estrategia durante toda la campaña, se esperaba que con el resultado en la mano y tras la definición de las fórmulas nacionales, Perotti se pronunciara a favor del peronismo con miras a las elecciones de octubre. Pero no lo hizo. Ni en Rafaela ni en su discurso desde el balcón de la sede del PJ, desde donde le habló a la militancia. «Se siente, se siente, Alberto presidente», reclamaban una definición las bases desde la calle. También hubo cantitos contra Miguel Pichetto y no faltó el hit del verano contra Mauricio Macri.La que sí habló fue la diputada provincial electa Silvina Frana, quien sostuvo a Tiempo Argentino que el triunfo del PJ “aportará una base importante para que gane el peronismo en el país”. Lo mismo hizo Leandro Busatto, diputado electo.
Con su victoria y el consecuente cambio de signo político que producirá en el tercer distrito electoral, Perotti dio por tierra la conveniente teoría que trataba de instalar la Casa Rosada de que sólo se registran triunfos de los oficialismos, como forma de predecir su propia victoria.
Perotti, acompañado de la vicegobernadora electa Alejandra Rodenas, habló primero en Rafaela, su ciudad natal, donde gobernó como intendente tres veces. Agradeció a sus vecinos y a los docentes que lo formaron. Hizo un diagnóstico de la provincia y de lo que se propone será su gestión. “Uno es gobernador de todas y de cada uno de los santafesinos”, dijo, y destacó que Santa Fe siempre fue gobernada por hombres de Rosario o de la ciudad de Santa Fe y que él será el primer gobernador “del interior” de la provincia.
Prometió seguridad y “trabajar y vivir en paz”, eje de su campaña en un distrito atravesado por la problemática del narcotráfico. “La tarea más dura es la lucha contra la inseguridad. El Estado va a volver de donde no debió irse nunca. Vamos a recuperar la salud, la educación y el deporte. No hay seguridad posible si el futuro de los chicos es el delito”, definió.
“Vamos a pelear por la coparticipación y la deuda de la nación a la provincia, pero también por la industria para hacer de Santa Fe un centro de crecimiento de la economía agroindustrial”, prometió.
El gobernador electo agradeció a “todos los integrantes del Frente Juntos, cada uno dejó de lado intereses individuales y sectoriales para ponerlo a disposición de los santafesinos, a cada una de las agrupaciones y de los partidos”. Es que es la primera vez desde la democracia que el frente peronista no dejó afuera a ningún sector.
“Alejandra me acompañará en la política de género, con integración de jóvenes y mujeres en el gabinete en todas las áreas y no sólo para hablar de jóvenes y mujeres sino para generar un cambio cultural”, sostuvo.
Mientras Perotti hablaba en Rafaela, en la ciudad de Santa Fe, el calor en la sede del PJ provincial contrastaba con el frío polar de la calle. Es que las mesas testigo de ambas fuerzas políticas habían adelantado el triunfo del peronismo. Pero a las ocho de la noche la tendencia se había mostrado irreversible, con Perotti con cuatro puntos arriba. El búnker del PJ se empezaba a abarrotar de gente y la marcha peronista ya había sonado tres veces. Candidatos a diputados y senadores llegaban eufóricos y vaticinaban los números de sus departamentos.
Es que se preveía un escenario de paridad que no fue. La lluvia y el corte de luz habían preocupado a los dirigentes de la oposición, ya que no contaban con el aparato del Estado. Pero la diferencia de casi cinco puntos a las nueve de la noche marcó que la tendencia era irreversible y el resultado incuestionable. Bonfatti reconoció la derrota y el todavía gobernador y candidato a diputado provincial Miguel Lifschitz llamó por teléfono a Perotti para felicitarlo.
Por su parte, los socialistas se llevaron un premio consuelo. Lifschitz hizo una gran elección en la contienda legislativa. Con más de 40 puntos, dejó muy atrás a la lista que encabezó el peronista Leandro Busatto, en donde están integrados todos los sectores del peronismo: el bielsismo con Silvina Frana, Unidad Ciudadana, el Frente Renovador y el Movimiento Evita con Lucila de Ponti. En tanto, en la ciudad de Santa Fe ganó el socialismo con el candidato del Frente Progresista Emilio Jatón y le asestó otra derrota a Cambiemos en una ciudad capital. Corral, el actual intendente era el candidato de Cambiemos, por lo que le trajo una doble caída al macrismo.
La fuerza política de Mauricio Macri viene perdiendo en los grandes centros urbanos del país, que supieron ser bastiones electorales amarillos. El oficialismo nacional ya perdió en Córdoba capital, Santa Rosa, Paraná y ahora se suma Santa Fe.
En tanto, en Rosario, Pablo Javkin ganó la intendencia y retuvo así la ciudad para el Frente Progresista. El candidato kirchnerista del Frente Juntos, Roberto Sukerman, hizo una buena elección y quedó segundo, muy cerca.